Cien años ha que pasaron desde que la trágica guerra de Marruecos tuvo su mayor sangría...
Al igual que en Asturias estos días, se supone que otras regiones habrán honrado asimismo a sus soldados abatidos en aquella empecinada guerra que políticos y gerifaltes españoles llevaban a cabo contra la morería en tierras marroquíes, donde, además de pagar las consecuencias las bisoñas tropas españolas, se demostró que los mandos fueron,en acción y estratagemas, un desastre....que pagaron los soldados, que cayeron por centenares.
Por lo que se refiere a Asturias, muchos fueron los soldados que perdieron la vida en tierras africanas.Y, siendo tantos, estos días se está honrando, sobre todos, al Cabo Noval, héroe muerto el día 27 de septiembre de 1909. Oviedo tira de este carro.Sin embargo no vamos a hablar del Cabo Noval, sino del Sargento Viesca, igualmente muerto el día 27 de septiembre de dicho año. Tal fue su gesta, que se le concedió a título póstumo el rango de alférez. Y para perpetuar su nombre, se le concede una calle en su pueblo, que como era una aldea, quedó pendiente para más adelante. Y como la calle, una escuela, que, por ser su pueblo como queda dicho una aldea, se construyó a mitad de camino entre Barredos y San Pedro de Tiraña, a cuya parroquia pertenecía el sargento Viesca, esto es Pedro Casimiro de la Viesca Villar, quien había nacido en 1884, en Barredos, concejo de Laviana. Cuando murió en la fecha arriba apuntada, tenía 24 años recién cumplidos.
Sobrino del que fuera Conde de Laviana, Alejandro Villar y Varela, fue éste quien, para perpetuar la memoria del sobrino muerto por España y, al decir de quienes parecían saberlo, por la impericia de los mandos militares,se construyó una escuela en el lugar conocido por La Moral, entre los pueblos de Barredos y Tiraña para que pudiera servir a los niños de ambas partes. Si la escuela se construyó por los años 20 del siglo pasado, la calle no fue bautizada con el nombre de Sargento Viesca hasta 1931, en tiempos de la República.
El día que moría el Sargento Viesca, su pueblo celebraba las fiestas de los Santos Mártires de Tiraña. Pedro Casimiro de la Viesca Villar era el quinto de doce hermanos.Sus padres fueron José de la Viesca y Eduarda Villar...Tiempos precarios entonces. Los padrinos de bautismo del niño Pedro Casimiro eran asturianos establecidos en Barcelona, por lo cual, llevaron al niño con ellos, a fin de facilitarle estudios. Cuando contaba 19 años y decide enrolarse en el Ejército, Batallón Príncipe de Asturias, poseía la graduación de Maestro mecánico y Técnico electricista.
Por aquellos años, enrolarse en el Ejército significaba o pobreza suma o vocación militar.Los soldados que tenían que "cumplir con los deberes de la patria" se podrían librar de tal obligación previo pago de 1200 pesetas, que eran mucho dinero para entonces; esa cantidad eximía de toda obligación; pero quien no tenía tal cantidad no le libraba nadie de ser destinado a Marruecos, a luchar. Se daba otra circunstancia: que había ricos, señoritos de fachenda, que se libraban de aquellas obligaciones si por ellos presentaban a quién los reemplazase, lo que lograban hacer pagando la cantidad referida de 1200 pesetas al soldado que les supliría o a la familia, la que saldría un tiempo de tanta miseria.
El Barranco del Lobo
La historia,aunque no lo reitere, contó la tremenda sangría de juventud española en Marruecos por aquellos años, donde no se levantaba cabeza.Lo cierto es que unos de un modo y otros de otro, no hay cuenta exacta de los españoles muertos aquellos años y, sobre todo,en 1909. Y fue en septiembre, el día 27 de ese año cuando muere el Sargento Viesca, tras intentar, antes de amanecer, salir del fuerte para procurar proveerse de agua, ya que durante el día por el calor y el asedio de los moros malamente podrían resistir sin beber.
Arrastras logró un reducido grupo de españoles acceder a un manantial, pero no bien lo habían conseguido, comenzó una cerrada descarga de fusilería sobre ellos por parte de los árabes que se encontraban medio enterrados en la arena.Todos los españoles fueron cayendo.Ante el tiroteo, salen del fuerte en ayuda de sus compañeros varios soldados, pero cuando llegaron al escenario próximo al manantial, sólo resistía, rodilla en tierra, uno de los que habían ido en busca de agua: era el Sargento Viesca, que se desangraba mientras ya apenas sin voz exclamaba vivas a España...
Según José Suárez, Villarín, quien había sido amigo y compañero del Sargento Viesca en el mismo batallón, se contaron hasta 43 orificios de bala en el cuerpo del héroe --uno más de los héroes-- del Barranco del Lobo y, en este caso, "La vaguada de la muerte". Esta referencia nos la contó Villarín en 1960. En 1962 publicamos nosotros un amplio reportaje sobre el Sargento Viesca,
quien, con otros miles de muertos, yace en un pabellón funerario que se ha levantado en Melilla, para recordarles.
Morir por España puede ser muy honroso, pero morir por la ineptitud de mandos, altos y bajos, políticos y caciques, ya es una desgracia.No obstante, puesto que este año y este mes de septiembre de 2009 se cumplen cien años de aquella desdicha española, en Laviana, pueblo de Pedro Casimiro de la Viesca Villar, se le ha recordado brevemente, con unas palabras y un ramo de flores, bajo la placa que da su nombre a una calle de la villa.
Al igual que en Asturias estos días, se supone que otras regiones habrán honrado asimismo a sus soldados abatidos en aquella empecinada guerra que políticos y gerifaltes españoles llevaban a cabo contra la morería en tierras marroquíes, donde, además de pagar las consecuencias las bisoñas tropas españolas, se demostró que los mandos fueron,en acción y estratagemas, un desastre....que pagaron los soldados, que cayeron por centenares.
Por lo que se refiere a Asturias, muchos fueron los soldados que perdieron la vida en tierras africanas.Y, siendo tantos, estos días se está honrando, sobre todos, al Cabo Noval, héroe muerto el día 27 de septiembre de 1909. Oviedo tira de este carro.Sin embargo no vamos a hablar del Cabo Noval, sino del Sargento Viesca, igualmente muerto el día 27 de septiembre de dicho año. Tal fue su gesta, que se le concedió a título póstumo el rango de alférez. Y para perpetuar su nombre, se le concede una calle en su pueblo, que como era una aldea, quedó pendiente para más adelante. Y como la calle, una escuela, que, por ser su pueblo como queda dicho una aldea, se construyó a mitad de camino entre Barredos y San Pedro de Tiraña, a cuya parroquia pertenecía el sargento Viesca, esto es Pedro Casimiro de la Viesca Villar, quien había nacido en 1884, en Barredos, concejo de Laviana. Cuando murió en la fecha arriba apuntada, tenía 24 años recién cumplidos.
Sobrino del que fuera Conde de Laviana, Alejandro Villar y Varela, fue éste quien, para perpetuar la memoria del sobrino muerto por España y, al decir de quienes parecían saberlo, por la impericia de los mandos militares,se construyó una escuela en el lugar conocido por La Moral, entre los pueblos de Barredos y Tiraña para que pudiera servir a los niños de ambas partes. Si la escuela se construyó por los años 20 del siglo pasado, la calle no fue bautizada con el nombre de Sargento Viesca hasta 1931, en tiempos de la República.
El día que moría el Sargento Viesca, su pueblo celebraba las fiestas de los Santos Mártires de Tiraña. Pedro Casimiro de la Viesca Villar era el quinto de doce hermanos.Sus padres fueron José de la Viesca y Eduarda Villar...Tiempos precarios entonces. Los padrinos de bautismo del niño Pedro Casimiro eran asturianos establecidos en Barcelona, por lo cual, llevaron al niño con ellos, a fin de facilitarle estudios. Cuando contaba 19 años y decide enrolarse en el Ejército, Batallón Príncipe de Asturias, poseía la graduación de Maestro mecánico y Técnico electricista.
Por aquellos años, enrolarse en el Ejército significaba o pobreza suma o vocación militar.Los soldados que tenían que "cumplir con los deberes de la patria" se podrían librar de tal obligación previo pago de 1200 pesetas, que eran mucho dinero para entonces; esa cantidad eximía de toda obligación; pero quien no tenía tal cantidad no le libraba nadie de ser destinado a Marruecos, a luchar. Se daba otra circunstancia: que había ricos, señoritos de fachenda, que se libraban de aquellas obligaciones si por ellos presentaban a quién los reemplazase, lo que lograban hacer pagando la cantidad referida de 1200 pesetas al soldado que les supliría o a la familia, la que saldría un tiempo de tanta miseria.
El Barranco del Lobo
La historia,aunque no lo reitere, contó la tremenda sangría de juventud española en Marruecos por aquellos años, donde no se levantaba cabeza.Lo cierto es que unos de un modo y otros de otro, no hay cuenta exacta de los españoles muertos aquellos años y, sobre todo,en 1909. Y fue en septiembre, el día 27 de ese año cuando muere el Sargento Viesca, tras intentar, antes de amanecer, salir del fuerte para procurar proveerse de agua, ya que durante el día por el calor y el asedio de los moros malamente podrían resistir sin beber.
Arrastras logró un reducido grupo de españoles acceder a un manantial, pero no bien lo habían conseguido, comenzó una cerrada descarga de fusilería sobre ellos por parte de los árabes que se encontraban medio enterrados en la arena.Todos los españoles fueron cayendo.Ante el tiroteo, salen del fuerte en ayuda de sus compañeros varios soldados, pero cuando llegaron al escenario próximo al manantial, sólo resistía, rodilla en tierra, uno de los que habían ido en busca de agua: era el Sargento Viesca, que se desangraba mientras ya apenas sin voz exclamaba vivas a España...
Según José Suárez, Villarín, quien había sido amigo y compañero del Sargento Viesca en el mismo batallón, se contaron hasta 43 orificios de bala en el cuerpo del héroe --uno más de los héroes-- del Barranco del Lobo y, en este caso, "La vaguada de la muerte". Esta referencia nos la contó Villarín en 1960. En 1962 publicamos nosotros un amplio reportaje sobre el Sargento Viesca,
quien, con otros miles de muertos, yace en un pabellón funerario que se ha levantado en Melilla, para recordarles.
Morir por España puede ser muy honroso, pero morir por la ineptitud de mandos, altos y bajos, políticos y caciques, ya es una desgracia.No obstante, puesto que este año y este mes de septiembre de 2009 se cumplen cien años de aquella desdicha española, en Laviana, pueblo de Pedro Casimiro de la Viesca Villar, se le ha recordado brevemente, con unas palabras y un ramo de flores, bajo la placa que da su nombre a una calle de la villa.