Soñar despierto en España no es prudente. No.Y es que los hechos te rompen hasta la esperanza de la ilusión. Las raíces de la España más dura e indolente se incrustan tan profundas en las entrañas del alma y de la raza que, a lo largo de su variada historia, no se verá nunca libre del peso oneroso de sus peores pesadillas. Eso está claro, y al día. Véase sino la actitud de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, tan orgullosa de su pertenencia al Pepé como de no retirar los nombramientos ilimitadamente honoríficos otorgados a Franco. Y a su arrogante soberbia, argumenta que ella y el Pepé, llevan tantos años gobernando la ciudad y los demás a tragar y a chupar rueda, que es lo que les queda..
Y mientras tanto, el Caudillo sigue disfrutando de los nombramientos otorgados. "Hijo Adoptivo y Predilectísimo de Valencia""por la Gracia de Dios", que solo faltaba que no fuera por la gracia de Dios, cuyos representantes en la Tierra son tan justos e influyentes. Y ante ello, ¡qué altivez y gallarda apostura luce la Barberá! ¡Qué luminosa divinidad la envuelve y adorna...! ¡Qué justo eres, gran Dios! Y que certero...
El Levante español lo borda. De Castellón aflora otra eminencia de la decencia y la verdad.El presidente de la Diputación castellonense, Carlos Fabra, que no se sabe por qué, está en el pináculo de la información cotidiana; el cual publicó a expensas del erario público un libro tan costoso como injusto, tan lleno de calumnias como de mentiras, disparates y despropósitos, en el que, ara más escarnio, dice que el régimen de Franco no fue dictatorial; que fue de justicia, libertad, derechos, paz, orden y armonía para todos los españoles...
Y se queda tan pancho el discutido Fabra. Y seguramente que tan ufano como el autor del texto, el coronel J. Luis Lapeña, que al modo de algunos renegados del estilo de Pío Moa, Federico Losantos, César Vidal y otros, miente en lo referente a la historia y a la guerra civil.
Hay que seguir defendiendo la España nacionalcatólica, salida del 18 de Julio. Y no hay que mirar obstáculos. Y si los hay, se saltan, se anulan, de derriban y se pisan...
¡Igual, igualito que hicieron quienes violaron la Constitución de la República, a la que traicionaron, tras haberla jurado (nada más aproximado al felón Carlos VII), después la ultrajaron y violaron...Y así, tras aquel bárbaro despropósito, apoyado por la Iglesia, hoy mismo, tantos años después, siguen "con las banderas al viento", defendiendo la santa tradición de creerse únicos en España y ser los de la verdad absoluta; de ahí sus actitudes llenas de engreimiento y altanería; sus mentiras desmedidas y sus inopinados disparates...
De modo que, antes que perder privilegios y beneficios, harán lo que haya que hacer y negarán todo lo que haya que negar. Por eso se niegan a retirarle a tan excelso personaje como fue el Caudillo los honores que a manos llenas de dieron y que él, ególatra ilimitado, se creía de verdad que merecía.
A Valencia hay que sumar otra poblaciones, que todavía siguen blasonando de tener al gran pescador de salmones del Sella asturiano en sus libros de honores como al mayor y más grande de los prohombres que Dios creó...Y Oviedo, ahí le honra, y Gijón, Y Santander, y Burgos, y Huesca, y Huelva, Teruel y Zamora....Y a todas esta ciudades, y otras que seguramente habrá --ya me lo dirán ustedes--que no les hablen de retirar las menciones otorgadas al "salvador de España" aquel que por Tierra, Mar y Aire, no hay dios que le tosiera...
Visto lo que hay y lo que ocurre, bien se puede decir, como Machado, que hay dos Españas, y que por haberlas no es fácil que haya arreglo: sobre todo si, además, la Iglesia, dueña absoluta de una parte, quiere arrogarse también la otra. Eso cuando no lanza sus cizañas desde los púlpitos y desde donde se tercie, todo a mayor gracia de Dios, la cual, algunos ya sabemos cómo era y cómo fue al dotar de semejante don al Caudillo.
Y mientras tanto, el Caudillo sigue disfrutando de los nombramientos otorgados. "Hijo Adoptivo y Predilectísimo de Valencia""por la Gracia de Dios", que solo faltaba que no fuera por la gracia de Dios, cuyos representantes en la Tierra son tan justos e influyentes. Y ante ello, ¡qué altivez y gallarda apostura luce la Barberá! ¡Qué luminosa divinidad la envuelve y adorna...! ¡Qué justo eres, gran Dios! Y que certero...
El Levante español lo borda. De Castellón aflora otra eminencia de la decencia y la verdad.El presidente de la Diputación castellonense, Carlos Fabra, que no se sabe por qué, está en el pináculo de la información cotidiana; el cual publicó a expensas del erario público un libro tan costoso como injusto, tan lleno de calumnias como de mentiras, disparates y despropósitos, en el que, ara más escarnio, dice que el régimen de Franco no fue dictatorial; que fue de justicia, libertad, derechos, paz, orden y armonía para todos los españoles...
Y se queda tan pancho el discutido Fabra. Y seguramente que tan ufano como el autor del texto, el coronel J. Luis Lapeña, que al modo de algunos renegados del estilo de Pío Moa, Federico Losantos, César Vidal y otros, miente en lo referente a la historia y a la guerra civil.
Hay que seguir defendiendo la España nacionalcatólica, salida del 18 de Julio. Y no hay que mirar obstáculos. Y si los hay, se saltan, se anulan, de derriban y se pisan...
¡Igual, igualito que hicieron quienes violaron la Constitución de la República, a la que traicionaron, tras haberla jurado (nada más aproximado al felón Carlos VII), después la ultrajaron y violaron...Y así, tras aquel bárbaro despropósito, apoyado por la Iglesia, hoy mismo, tantos años después, siguen "con las banderas al viento", defendiendo la santa tradición de creerse únicos en España y ser los de la verdad absoluta; de ahí sus actitudes llenas de engreimiento y altanería; sus mentiras desmedidas y sus inopinados disparates...
De modo que, antes que perder privilegios y beneficios, harán lo que haya que hacer y negarán todo lo que haya que negar. Por eso se niegan a retirarle a tan excelso personaje como fue el Caudillo los honores que a manos llenas de dieron y que él, ególatra ilimitado, se creía de verdad que merecía.
A Valencia hay que sumar otra poblaciones, que todavía siguen blasonando de tener al gran pescador de salmones del Sella asturiano en sus libros de honores como al mayor y más grande de los prohombres que Dios creó...Y Oviedo, ahí le honra, y Gijón, Y Santander, y Burgos, y Huesca, y Huelva, Teruel y Zamora....Y a todas esta ciudades, y otras que seguramente habrá --ya me lo dirán ustedes--que no les hablen de retirar las menciones otorgadas al "salvador de España" aquel que por Tierra, Mar y Aire, no hay dios que le tosiera...
Visto lo que hay y lo que ocurre, bien se puede decir, como Machado, que hay dos Españas, y que por haberlas no es fácil que haya arreglo: sobre todo si, además, la Iglesia, dueña absoluta de una parte, quiere arrogarse también la otra. Eso cuando no lanza sus cizañas desde los púlpitos y desde donde se tercie, todo a mayor gracia de Dios, la cual, algunos ya sabemos cómo era y cómo fue al dotar de semejante don al Caudillo.