Sí, señor. Asunto pendiente tenemos en España. Pendiente de un hilo. Y no es para menos. La actualidad política--- aunque no comamos de la política como opíparamente comen los políticos que dicen que están ahí, para servir al pueblo y a los ciudadanos-- está que arde.Todo está que arde.Y, ya puestos, como supongo que habrán visto el debate del Estado de la Nación, supongo también que habrán sacado cada cual su conclusión. Todo es suponer. Y así, unos dirán que Rajoy ha estado en plan arrollador y que Pedro Sánchez, del Partido Socialista, así y asá, según gustos. Para mí, antes de seguir con otros representantes políticos, diré que me ha gustado mucho más que Rajoy, que no hizo más que aumentar se letanía de mentiras desde que accedió al poder y mucho antes de llegar al poder. Rajoy tiene sus seguidores, como los demás, que por serlo no ven en él que miente y cuenta cuentos sin límite.
El asunto pendiente es las próximas elecciones, y las otras que también habrá antes de que acabe el año.Y como el enemigo a abatir es el que dice que en España todo es un paraíso,sus adversarios le han dado sin piedad.De paraíso, nada. Hay paro, hay desahucios, hay crisis, hay emigración, hay recortes en la medicina,en la enseñanza y no se ven crear puestos de trabajo, diga lo que diga Rajoy, alta la voz y diga lo que diga el representante Casado, la sonrisa de los debates de la Sexta, que asombra que se atreva a replicar a quienes le muestran una España mucho más cruda que la que él pinta, que es pais lleno de colorido, donde, eso sí, todavía están con Zapatero a cuestas, al que la culpan de todo, de lo habido y de lo no habido.
El asunto pendiente en España,en materia política, es la falta de honestidad. La falta de respeto a los demás, los cuales, como están en inferioridad numérica, siempre llevan las de perder y siempre son, como se ha visto estas fechas atrás, abucheados por la llamada gran bancada del Pepé, que con su mayoría absoluta se permiten aplaudir desaforada e inmerecidamente lo que diga su presidente, el referido señor Rajoy. Aplaudir mentiras y falacias no merece la pena. Pero lo hacen.Y abuchean cuando entienden que los demás incurren en algún desliz.
Donde me parece que quedaron con la voz cortada fue cuando el representante de Izquierda Unida, finalizó su intervención con un ¡Salud y República! Y aunque no me hayan visto ni oído, yo mismo me sentí feliz y aplaudí desde la cuenca minera del Nalón aquel brindis tantos años amordazado.
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