A todos los efectos, ahí va el primero:
Don José María Aznar, ex presidente del Gobierno, del que a buen seguro usted sabe más de él que quien le habla...¡Ah, ya ve que aquí salio agraciado, pero, como es propio de él, acusador. Ahí está su dedo acusador y su sonrisa sardónica, como siempre.
Mire bien, fíjese detenidamente en algunos de los rostros que extraemos de Internet y verá que, aunque sean de su palo y le resulten ídolos, son infranqueables a la confianza, a la sonrisa, a la simpatía...Claro que, como "nunca falta Dios a los suyos", a lo mejor es usted de los que no tiene mejor semblante que los aquí recogidos de las páginas en que aparecen tal como son --o alguna vez aparecieron, y por lo que expongo, quizás se sienta contrariado. Pero a mí no me culpe.No me diga nada. Porque, quienes aparecen en este blog ,"están ahí". No me acusen a mi de la no grata impresión que puedan producir a los que no son de su paño y a los que son, de que estén equivocados y los miren con ojos apasionados. Eso, allá cada cual.
Ahí el segundo: Lo veo y le oigo, oiga. Este señor, visto y oído en tertulias de televisión, fue uno de los portavoces del Gobierno de Aznar, Miguel Ángel Rodríguez, al que no le cae la cara de vergüenza ni se ruboriza por lo que dice. La barba le cubre la cara cuando, hablando de Roma, se sube al cielo de la mentira y dice que el Vaticano no está en Roma.No he dicho nada de hipocresía ni de cinismo.Que conste.
Ahí va el tercero, y que nos parece que mira torcido, al menos aquí, cuyo nombre es Carlos Dávila, visto y escuchado como al anterior, en tertulias televisivas en las cuales no solo no mantiene una linea de acuerdo a su credo, sino que, por lo escuchado, niega la verdad a otros e intenta imponer sus argumentos a los demás, muchas de les veces, tergiversando los hechos.
Y, por hoy, ahí va el cuarto: Carrascal, que viene de carraco o carrasca, cuyas hojas son duras y espinosas, como por lo que le hemos escuchado es este otrora presentador de programas televisivos y cuyo nombre es José María, igual que Aznar, tal para cual, porque pensando igual, ambos son escritores y, en cuanto pueden, sin que sepamos muy bien porqué, muestras su fobia y su bilis a todo lo que huela a socialismo.
A lo que iba, a mi tampoco me gusta esta cara, que la veo altiva y poseída de engreimiento.
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