Es asturiano, reside en la República Argentina desde 1959, a donde se exilió por propia voluntad ante el discurrir político que imperaba en España, bien conocido -- y lamentado--por la mayoría de los españoles. Se trata de Emilio Tazón Llaca, nacido en Oviedo en 1927, por cuyas calles corrió y trabajó en aquellos años de vida difícil, forzada y necesitada, no obstante que todo fuesen aleluyas, misas y rezos, bendiciones y desfiles triunfales...
Emilio trabajó en su mocedad en el periódico "Región", diario de información que no era ni más ni menos que los demás medios existentes entonces: Gloria a dios en los cielos y en en España, bendiciones sin límite a Franco. Y no había otra cosa. Y la que había, estaba oculta, en las entrañas de las personas. En el espíritu de cada uno, en la cabeza de cada cual. Y, como la copla que cantaba Antonio Molina, el futuro era muy oscuro, lo mejor que cabía hacer --si tal podían hacerlo, que no todos--fue lo que hizo Emilio Tazón Llana: Emigrar, buscar luz y pan en otras partes.
Y desde esas partes, esos lugares, afines y extraños, empezar de nuevo, trabajar, añorar la tierra que queda a la espalda y mirar hacía adelante, donde tal vez, tampoco, sea todo luz lo que
se vislumbre. De todos modos, para calamidades, ya se pasaron bastantes en la propia cuna...
O en la Patria, chica o grande, donde el pan estaba colgado y la libertad restringida...Nunca, en la historia de España, se dieron tantas tumbas , tantos muertos, tantos lutos como se dieron, tras la la Guerra Civil, para tantos miles y miles de españoles, forzados al exilio y a vivir el infortunio de ser perseguido en la propia patria y por los que, además, se llamaban "españoles de verdad", los cuales, para que el escarnio fuese mayor, eran bendecidos por la Iglesia.
De modo que como la historia de España no siempre es brillante y limpia, y el dolor fue con los forzados al exilio, no es extraño que, en la medida de sus posibilidades, supurase la herida que llevaron con ellos. Y escribiesen, dejando plasmada la realidad de las más diversas circunstancias, aquello que les competía más u conociesen mejor.
Emilio Tazón Llaca, escritor, no podía sino dejarnos sus libros y sus recuerdos. Y así, cuando le descubrimos fue en un emotivo libro titulado "... Y si puedes, perdónanos nuestras deudas", episodio de vivencias y penitencias, donde nuestra región de Asturias --incluso la cuenca minera--alienta en primer término, de ella, de Asturias, surgen las adversidades y las circunstancias que acompañan al autor, del cual, abiertamente, afloran confesiones y sentimientos republicanos, criterios poco o nada favorables hacia la religión católica, cuyas razones argumenta irrebatiblemente. Aquel libro nos llevó al trato coincidente con el autor y, después, con su otro libro, recién publicado: "Desde Lejanas orillas."
Emotivo libro, confesiones sinceras, vivencias y experiencias. No oculta el autor su sentimiento republicano -- que le aplaudimos-- ni su laicismo visceral y justificado ante el apabullante y desmedido avasallamiento que la Iglesia romana impone. Por cierto, tampoco siente ninguna admiración por la Monarquía, sobre la que justifica su nula valía para España. Lo suyo, como lo de tantos millones de españoles, no es Dios, Patria y Rey---o sea , Patria, Iglesia y Rey, y no es verdad que "por Dios, por la Patria y el Rey, murieron nuestros padres, ni que moriremos nosotros también", que estos tres argumentos, que no son basamentos ni pilares de prosperidad ni de justicia, de libertad ni de respeto, no alimentan la ilusión de la mayoría de los españoles.
Emilio trabajó en su mocedad en el periódico "Región", diario de información que no era ni más ni menos que los demás medios existentes entonces: Gloria a dios en los cielos y en en España, bendiciones sin límite a Franco. Y no había otra cosa. Y la que había, estaba oculta, en las entrañas de las personas. En el espíritu de cada uno, en la cabeza de cada cual. Y, como la copla que cantaba Antonio Molina, el futuro era muy oscuro, lo mejor que cabía hacer --si tal podían hacerlo, que no todos--fue lo que hizo Emilio Tazón Llana: Emigrar, buscar luz y pan en otras partes.
Y desde esas partes, esos lugares, afines y extraños, empezar de nuevo, trabajar, añorar la tierra que queda a la espalda y mirar hacía adelante, donde tal vez, tampoco, sea todo luz lo que
se vislumbre. De todos modos, para calamidades, ya se pasaron bastantes en la propia cuna...
O en la Patria, chica o grande, donde el pan estaba colgado y la libertad restringida...Nunca, en la historia de España, se dieron tantas tumbas , tantos muertos, tantos lutos como se dieron, tras la la Guerra Civil, para tantos miles y miles de españoles, forzados al exilio y a vivir el infortunio de ser perseguido en la propia patria y por los que, además, se llamaban "españoles de verdad", los cuales, para que el escarnio fuese mayor, eran bendecidos por la Iglesia.
De modo que como la historia de España no siempre es brillante y limpia, y el dolor fue con los forzados al exilio, no es extraño que, en la medida de sus posibilidades, supurase la herida que llevaron con ellos. Y escribiesen, dejando plasmada la realidad de las más diversas circunstancias, aquello que les competía más u conociesen mejor.
Emilio Tazón Llaca, escritor, no podía sino dejarnos sus libros y sus recuerdos. Y así, cuando le descubrimos fue en un emotivo libro titulado "... Y si puedes, perdónanos nuestras deudas", episodio de vivencias y penitencias, donde nuestra región de Asturias --incluso la cuenca minera--alienta en primer término, de ella, de Asturias, surgen las adversidades y las circunstancias que acompañan al autor, del cual, abiertamente, afloran confesiones y sentimientos republicanos, criterios poco o nada favorables hacia la religión católica, cuyas razones argumenta irrebatiblemente. Aquel libro nos llevó al trato coincidente con el autor y, después, con su otro libro, recién publicado: "Desde Lejanas orillas."
Emotivo libro, confesiones sinceras, vivencias y experiencias. No oculta el autor su sentimiento republicano -- que le aplaudimos-- ni su laicismo visceral y justificado ante el apabullante y desmedido avasallamiento que la Iglesia romana impone. Por cierto, tampoco siente ninguna admiración por la Monarquía, sobre la que justifica su nula valía para España. Lo suyo, como lo de tantos millones de españoles, no es Dios, Patria y Rey---o sea , Patria, Iglesia y Rey, y no es verdad que "por Dios, por la Patria y el Rey, murieron nuestros padres, ni que moriremos nosotros también", que estos tres argumentos, que no son basamentos ni pilares de prosperidad ni de justicia, de libertad ni de respeto, no alimentan la ilusión de la mayoría de los españoles.
Emilio Tazón Llaca,
¡felicidad por tus libros!
¡Salud y Paz, hermano!
¡felicidad por tus libros!
¡Salud y Paz, hermano!
2 comentarios:
Hoy me asomo a este blog,primero para reconocer que no sabía nada de Emilio Tazón y que gracias a Albino puedo enterarme de su trayectoria.
El segundo motivo por el que esto escribo,es para agradecer públicamente a Albino Suárez,la forma tan sencilla y delicada con la que trata los temas de los que habla:porque además de la sencillez que imprime a sus escritos,es coherente y entendible.
Eso es algo de agradecer cuando hay tantos medios escritos y no en todos un@ entiende lo que se quiere decir;bueno lo que quieren decir,o lo que quieren que entendamos.
Por eso mis felicitaciones y ánimo para que siga acompañandonos e ilustrándonos.
¡Hombre! Algo es algo.Coincido con Aruca--(¿?)--en eso de que no siempre lo que se lee encaja.hay demasiados dédalos temáticos, demasiado embrollo y demasiados intereses de obligado cumplimiento en la mayoría de los que escribe, que los pobres tienen que hilar muy fino para no correr riesgos.
Por lo que respecta a Emilio Tazón Llaca,debo decir que aquí en Asturias se le había publicado un libro suyo, también muy interesante y que fue "Y si puedes perdona nuestros pecados", que son, por supuesto, los pecados cometidos en la España que forzó al exilio y al éxodo a tantos españoles. Ya saben cuál España fue
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