HABLANDO DE ALFONSO CAMIN

Alfonso Camín, en 1913
cundo publicó "Adelfas",
su primer libro-

El ateneo Obrero de La calzada, de Gijón, será escenario hoy martes, a las 7,30 de un acto sobre el poeta asturiano y universal Alfonso Camín, precursor de la Poesía Afrocubana, mal que le pese a un emérito catedrático de Oviedo que da tal derecho a Emilio Ballagas cuando este llegó a la poesía negroide años después de Camín. Y es, con toda justicia y derecho, el Poeta de Asturias, así como Hijo Predilecto, nombramientos ambos otorgados en 1981.A nosotros no nos duelen prendas para decir que tanto el nombramiento, como la obra caminiana, van muy por delante de otros poetas que mediáticamente - como ahora se dice- los traen y los llevan los amiguismos, pero no la grandiosidad de la obra, que esa, a la hora de los valores, le tiene Camín.

Alfonso Camín, gijonés, nacido en Roces en 1890 y fallecido en Porceyo, ambas parroquias de la zona rural de Gijón, en 1982, a los 92 años, tras haber emigrado a los 15 años, sin ni siquiera estudios primarios, pero si con un bagaje de trabajo en las canteras de Contrueces, publica su primer libro en 1913. Tenía pues, 23 años. Ya, en Cuba, ejercía de periodista y reportero.Su primer viaje de regreso a España lo hizo con motivo de haber sido destinado por "El Diario de la Marina" a cubrir la información desde España de la I Guerra Mundial...
Visto así, tal parece que su vida fue un camino de rosas. Y nada más lejos. En Cuba su discurrir tuvo de todo pese a su corta edad: dramas de sangre, cárcel,libertad, lucha guerrillera, publicación de nuevos libros, pendencias rivales en el campo del periodismo, secuestro de alguna belleza, si es que no accedía a ser conquistada por la de buenas, que muchas de ellas sí eran gustosas del asedio insaciable del Camín ansioso de carne morena, o del color que fuera, que en eso, nunca tuvo miramientos.

Llegada del exilio, Puerto de
El Musel, de Gijón.
A la izquierda, Corsino, su hermano
y a la derecha, albino Suárez.

Tras la vuelta de España a Cuba,antes de lo previsto, con el fin de aclarar alguna jugarreta que le habían hecho en el propio periódico, a espaldas de él y del editor, entonces Nicolás Rivero, decide dejar la Isla a irse a México, donde las revoluciones eran permanentes y Camín se ve en la danza de las mismas. De aquellos tiempos se dice que Pancho Villa fue buen amigo de Camín, al que, según alguna versión, le propuso ingresar en su ejército, de mano, como comandante. A lo que no aceptó el poeta. Nuevos libros, porque, hay que decirlo, Alfonso Camín era volcánico en su
creatividad. Esto es, que cuando viene de Cuba España, ya había publicado tres libros;cuando regresa a Cuba, otros dos más en España; en México publica varios.Su bagaje aumentaba constantemente.

Vuelve a España.Trae detrás un renombre. El hombre y el nombre van delante.Publica más libros. Escribe en los medios más populares de España.Y su poesía es admirada y recitada por los mentideros del Madrid de entonces. Es enviado otra vez a México para hacer un número extraordinario de "La Esfera". Lo que logra con gran éxito editorial y comercial. Igual haría, más tarde, con Asturias. Y con otras regiones. Incluso en la Feria Iberoamericana de Sevilla de 1929, año en el que daría a luz su revista NORTE. Camín era un viajero constante y un poeta arrollador. Sus libros iban creciendo, aumentando en la nomenclatura de títulos y temas.

Dos grandes de la poesía española
y dos grandes amigos:
Alfonso Camín, de pie y, Antonio
Rey Soto, sacerdote,
dos ¡Viva la Virgen! de la vida.

Y, de éxito en éxito, vino la puñetera Guerra Civil española, bendecida por la Iglesia católica, llamándola Cruzada o Santa Cruzada.Con la que colaboró a cara descubierta.Vino la cárcel en Luarca y la sentencia de un sacerdote que ya le condenaba . "Para qué quiere el porvenir poetas"...Vino el exilio y, tras él, decenas de nuevos libros; de todos los géneros : poesía, novelas, biografías,historia, periodismo...
Hasta que, más a instancia de su esposa que de él, decide regresar. Lo hace en 1967. Reside en Fresco. Va a Madrid, donde está algún tiempo. Regresa a Asturias y fallece a los 92 años, en Porceyo. Un años más tarde, fallecería su mujer, Rosario Armesto. Ambos reposan, si así cabe decir, en dos nichos emparejados. A tal cementerio, debemos decirlo también, cada año acuden miembros del Ateneo Republicano a rendirle memoria con una corona de laurel, acto que tiene lugar el día 12 de diciembre, coincidiendo con la fecha del fallecimiento del poeta. Por eso y por otro, hoy, el Ateneo de La Calzada de Gijón, será escenario en el que hablará Francisco Prendes Quirós, presidente de dicho Ateneo Republicano y el que firma este artículo.