CADA DÍA UNA

Digan lo que quieran que, ante las manifestaciones de los altos jerarcas del clero español, no hay más cera que la que arde: se han levantado contra el actual Gobierno de España a cara descubierta.Y ante semejante hecho y el escándalo originado, da lo mismo que digan so que arre, bien por el obispo de Sigüenza-Guadalajara, monseñor José Sánchez u otro cualquiera, saliendo a la palestra y pidiendo al presidente del Gobierno que "no utilice a los obispos para agitar las masas", "ni les ponga sambenitos,"cuando, visto lo que ocurre imparcialmente, quien sí ha agitado a través de masas fieles, medios informativos, homilías y púlpitos han sido y vienen siendo los obispos, que en una parte dicen uno y en la otra parte dicen otro. En lo que llevamos leyendo y oyendo al jesuita asturiano Martínez Camino, ni de misericordia se le ha escuchado comentario tibio sobre el Gobierno. Siempre acusa, siempre contradice, siempre distorsiona a propósito lo que refiera sobre el Gobierno de España. Y los "sambenitos", ya se sabe quién los puso y quién los creó: la Iglesia y la Inquisición.
Lo cierto de la Iglesia es que, en lo que le conocemos, tiene más tiempo libre para urdimbres verbales y argucias teologales que el Gobierno, que tiene más en qué pensar y más que hacer, que dedicarse a incordiar como parece que sí hacen otros, que incluso hablan en nombre de Dios.
Lógico por tanto que en el programa electoral socialista se proponga iniciar una reflexión sobre la Ley de Libertad Religiosa. Y sobre el sostenimiento que el Estado hace a la Iglesia. Y sobre los beneficios y exenciones que tiene y las prerrogativas de que disfruta, incluido que no pague impuestos, como todo cristo.Y lo mismo, del concordato.
Déjense ya de letanías. Zapatero no trató más con los terrorista de ETA que lo hicieron otros presidentes del Gobierno de España. ¿A qué vienen ahora con esa desmesura diaria de que no se vote a quien trata con terroristas? Si así fuese habría que volver la espalda a la propia Iglesia, que sabido es que miembros de su intocable cuerpo trataron también con ETA.
Y por favor, siembre concordia y no discordia con aseveraciones aquí y amenazas allá,tal como advierte el obispo José Sánchez que dice que actitudes como las de Zapatero "suelen traer tristes consecuencias para el país".
Esas consecuencias, tristes y lamentables, siempre fueron en este santo país, creadas y auspiciadas por quienes siempre disfrutaron de privilegios, que ayer como hoy siguen siendo los mismos; los sembradores de vientos para que, después, las tempestades arrasen a los demás.
La historia está ahí, elevando a unos como mártires y a otros negándoles incluso la caridad de una tumba, como víctimas.Y de aquello, que un día bendijo la Iglesia, suelen salir hoy voces subrepticias advirtiendo que España lleva mal camino o" camino de volver a las andadas", como otro obispo señaló no hace mucho.
Y mientras tanto, los Obispos, con Rouco Varela a la cabeza, salen a la calle, se manifiestan, acusan, proclaman contra el Gobierno y contra lo que sea, y cuando se les dice lo que están haciendo, lo niegan, porque, a una confesión de hoy, que queda escrita y publicada, sale mañana quien dice que no se interpretó correctamente lo que decía Pedro o decía Juan. O más aún: dicen que no dijeron lo que dijeron.
Vivimos tiempos en que cada día encontramos una parida, salida del tiesto o declaración para el asombro. Y la Iglesia es, si nos permite confesión sincera, la que origina con palabras de seda, situaciones encrespadas, ásperas y repudiables. ¿Por qué se empeña en equiparase a los políticos en mentir?

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Se echa de menos la prudencia galaica del añorado Monseñor Eugenio Romero Posse (q.e.p.d.)?