Ya sabe usted que España es país refranero, aunque, a decir verdad, no es el único. Este viejo país, que formaron a lo largo de su historia distintas razas, se ha nutrido de asertos, dichos, refranes, máximas, axiomas, sentencias, proverbios, adagios y muchos otros recursos orales y morales para justificar distintas razones de la vida. Y una de ellas es la que da título a este blog en el que veremos dos rostros de plena actualidad: el de Zapatero y el de Rajoy, ambos en liza por alcanzar, tirando de democracia, la presidencia del Gobierno de España.
Por lo que respecta a ambos candidatos, aparte el refrán, tenemos claro a quién votar; pero si nos fijamos en el dicho, más claro está todavía a quien sí vamos a votar o, inversamente , a quién no votaremos. Esto en cuanto el refrán, pero si nos detenemos a pensar en otro veremos que dice que vale más lo malo conocido que lo bueno por conocer, esto es, que predicar no es dar trigo y, atendiendo a los seguidores del partido de las dos pes, por muy mal que lo haya hecho Zapatero, que así lo blasonan todos los de las dos pes, es preferible lo malo --(¿sí...?) de Zapatero que la gloria eterna que nos promete Rajoy, que aparte de llevar cuatro años desacreditando incluso lo bien hecho, él ya había sido, cuatro años antes, miembro del Gobierno de Aznar y, que se sepa,
no tuvo ni las llaves del cielo que ahora nos promete a los vivos y a los muertos. Así que, oiga, no, conmigo que no cuente. Que uno viene de los lejanos tiempos patrios, donde se predicaba pero no había pan, y de aquellos tiempos, de aquellas doctrinas viene la que defiende el señor Rajoy, las cuales siempre fueron poco o nada consideradas con los que, como nosotros, vivíamos
bajo tierra, trabajando y, sobre la tierra, escasos de cuartos, de ropa y de pan. Y como entonces supe que predicar no era dar trigo, ahora sé lo mismo, y por eso, aunque sean otros tiempos, no me fío de quien, habiendo podido hacer algo y no lo hizo, ahora nos diga que sí, con tiene las ideas claras, pero me temo,como asevera otro dicho, que el chocolate no esté tan espeso como promete. Así que no.
Que vale más lo malo conocido que lo bueno por conocer. Y además, ya se sabe, la cara es el espejo del alma,-(AS)
NOTA: la imagen de Zapatero ha sido recogida de La Voz de Asturias; la de Rajoy, de La Nueva España, aclarando que pertenece a la que inserta el político como publicidad; lo que indica que es de estudio, retocada, mimada y analizada para que muestre su mejor aspecto.
no tuvo ni las llaves del cielo que ahora nos promete a los vivos y a los muertos. Así que, oiga, no, conmigo que no cuente. Que uno viene de los lejanos tiempos patrios, donde se predicaba pero no había pan, y de aquellos tiempos, de aquellas doctrinas viene la que defiende el señor Rajoy, las cuales siempre fueron poco o nada consideradas con los que, como nosotros, vivíamos
bajo tierra, trabajando y, sobre la tierra, escasos de cuartos, de ropa y de pan. Y como entonces supe que predicar no era dar trigo, ahora sé lo mismo, y por eso, aunque sean otros tiempos, no me fío de quien, habiendo podido hacer algo y no lo hizo, ahora nos diga que sí, con tiene las ideas claras, pero me temo,como asevera otro dicho, que el chocolate no esté tan espeso como promete. Así que no.
Que vale más lo malo conocido que lo bueno por conocer. Y además, ya se sabe, la cara es el espejo del alma,-(AS)
NOTA: la imagen de Zapatero ha sido recogida de La Voz de Asturias; la de Rajoy, de La Nueva España, aclarando que pertenece a la que inserta el político como publicidad; lo que indica que es de estudio, retocada, mimada y analizada para que muestre su mejor aspecto.
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