¿Por qué no? ¿Por qué no vamos a dorar la píldora a la propia egolatría, que no es tanta por otra parte? Pues miren, de hace más de cuarenta años, me llega el poema que lleva por título "Tierra y Hombres" y que se ha publicado, con sus defectos y taras, ya ni me acuerdo cuándo. Y porque veo poesía por ahí, de la que nada decimos, incluimos esta nuestra hay, aquí, para que otros, si lo prefieren, digan lo que gusten. Al caso, que es nuestro.
TIERRA Y HOMBRES
De cumbre a cumbre, hecha jirones
de amarga luz de esperanza,
a la rosa de los Cuatro Vientos
de la tierra milenaria,
y de los altos horizontes de la vida,
esclavamente liberada,
flamea la bandera de los Hombres
que esperan una paz de raza a raza...
Si piden paz los Hombres,
no luchen, con rencor, por alcanzarla...
La paz ha de venir de las alturas
de todas las conciencias y las gracias,
y nunca de la muerte por las armas...
Paz. El Mundo pide Paz
y, sin embargo, la sangre va encharcada.
El hombre mata al hombre,
de frente, --o por la espalda...
Y, en guerra o paces, todo
se convierte en ceniza y en desgracia;
la muerte, florecida de lujurias,
no deja en pie ninguna casa...
que todos los terrenos van cubiertos
de sangres derramadas...
Y todos los caminos son hollados,
por crímenes y lágrimas;
de sombras que no son, pero que hacen
ser lágrimas y sombras las desgracias...
y los ríos,esos ríos que nace en la cima
y corren sordamente a la llanada,
en su seno trashumante y móvil
la sangre de la paz hunde y arrastra...
Es preciso cambiar, pero de frente,
el negro trepidar de tantas armas
por el cuerpo transparente y firme
de las urnas sagradas...
Y es preciso también dar a los Hombres
la intachable virtud de la palabra...
Dejar que los mendigos harapientos
expresen su dolor, sequen sus lágrimas
y que todas las gentes se contemplen
unidas y hermanadas...
Por ello pido Paz...¡Pero que nunca
la Paz vaya manchada
con la negra maldición de ver perdidos
los pueblos, pues que basta
una gota de sangre en el semblante
para ver que la Paz está truncada...
No se busquen venganzas. El destino,
que ansía todo Hombre y toda patria,
debe ser de otro signo para todos
(dejemos los colores de sus razas),
y no la luche a muerte, el odio ronco
y el fuero de las armas,
venciendo sobre el llanto y la miseria
y la desgracia de la especie humana...
Es preciso salir a los caminos,
pero no levantar más barricadas,
y estrecharse la mano
los Hombres, cara a cara;
crecer en el progreso,
lo mismo que semillas enterradas.
Es necesario y, a la vez urgente,
la nueva redención de los que claman,
asidos a los gritos de la carne
hambrienta y desmembrada...
Necesario por la Paz y por los Hombres
que se cansan de dioses y de Gracias...
Necesario para vivir un mundo
cada vez más completo y mejor, y para
dejar de trepidar violentamente dura
la negra perspectiva de las armas...
Y con ello, después, de monte a monte
-horizontes cercanos que se alargan-
vivir en los poblados y en las urbes
sobre el ancho progreso de las razas...
Hay que dejarlo todo,
que las tierras esperan ser labradas.
No es preciso buscar la Paz matando,
sino, para buscarla,
levantando banderas con los Hombres
que añoran y trabajan
las quince horas del día
que suman muchos días a la semana,
e izando esa bandera,
de los pueblos todos ,incluida España,
--a la postre y al cabo,
lo que conozco de la jungla humana,--
levanten al confín del Universo
sus altos ideales de bonanza;
sus banderas de fe y resplandores
de paz ilimitada...
Así, tras Himnos patrios,
en vez de levantar más barricadas,
las que existen quizás resulten todas
de museos mil piezas apiñadas...
"Renovarse o morir"...
Esa es la causa.Y la hora llegada
de dar otra estructura a tantas cosas
cubiertas con el plomo de las armas...:
otra base mejor, en la que todos
encuentren escabel para sus ansias.
Si tal hora llegó, si era hora
llegó, haciendo falta
una sangre con fe
para ayudarla....
¡Tened: la sangre que me corre,
de tanta villanía se desangra...
y por la Paz, os la presento viva
sobre este fango de desgracia humana,
y que todos los pueblos del Mundo que habitamos
y frenético marcha,
se abstengan de luchar
por una Paz manchada...
Que no importa esa Paz ni esa Victoria,
ni los triunfos que el Clarín proclama,
si el luto es el presente de las cosas
y el dolor lleva estigma de venganza...
¡Tened, esa es mi sangre
y por la Paz del mundo, ni violo mi palabra.
Albino Suárez
De cumbre a cumbre, hecha jirones
de amarga luz de esperanza,
a la rosa de los Cuatro Vientos
de la tierra milenaria,
y de los altos horizontes de la vida,
esclavamente liberada,
flamea la bandera de los Hombres
que esperan una paz de raza a raza...
Si piden paz los Hombres,
no luchen, con rencor, por alcanzarla...
La paz ha de venir de las alturas
de todas las conciencias y las gracias,
y nunca de la muerte por las armas...
Paz. El Mundo pide Paz
y, sin embargo, la sangre va encharcada.
El hombre mata al hombre,
de frente, --o por la espalda...
Y, en guerra o paces, todo
se convierte en ceniza y en desgracia;
la muerte, florecida de lujurias,
no deja en pie ninguna casa...
que todos los terrenos van cubiertos
de sangres derramadas...
Y todos los caminos son hollados,
por crímenes y lágrimas;
de sombras que no son, pero que hacen
ser lágrimas y sombras las desgracias...
y los ríos,esos ríos que nace en la cima
y corren sordamente a la llanada,
en su seno trashumante y móvil
la sangre de la paz hunde y arrastra...
Es preciso cambiar, pero de frente,
el negro trepidar de tantas armas
por el cuerpo transparente y firme
de las urnas sagradas...
Y es preciso también dar a los Hombres
la intachable virtud de la palabra...
Dejar que los mendigos harapientos
expresen su dolor, sequen sus lágrimas
y que todas las gentes se contemplen
unidas y hermanadas...
Por ello pido Paz...¡Pero que nunca
la Paz vaya manchada
con la negra maldición de ver perdidos
los pueblos, pues que basta
una gota de sangre en el semblante
para ver que la Paz está truncada...
No se busquen venganzas. El destino,
que ansía todo Hombre y toda patria,
debe ser de otro signo para todos
(dejemos los colores de sus razas),
y no la luche a muerte, el odio ronco
y el fuero de las armas,
venciendo sobre el llanto y la miseria
y la desgracia de la especie humana...
Es preciso salir a los caminos,
pero no levantar más barricadas,
y estrecharse la mano
los Hombres, cara a cara;
crecer en el progreso,
lo mismo que semillas enterradas.
Es necesario y, a la vez urgente,
la nueva redención de los que claman,
asidos a los gritos de la carne
hambrienta y desmembrada...
Necesario por la Paz y por los Hombres
que se cansan de dioses y de Gracias...
Necesario para vivir un mundo
cada vez más completo y mejor, y para
dejar de trepidar violentamente dura
la negra perspectiva de las armas...
Y con ello, después, de monte a monte
-horizontes cercanos que se alargan-
vivir en los poblados y en las urbes
sobre el ancho progreso de las razas...
Hay que dejarlo todo,
que las tierras esperan ser labradas.
No es preciso buscar la Paz matando,
sino, para buscarla,
levantando banderas con los Hombres
que añoran y trabajan
las quince horas del día
que suman muchos días a la semana,
e izando esa bandera,
de los pueblos todos ,incluida España,
--a la postre y al cabo,
lo que conozco de la jungla humana,--
levanten al confín del Universo
sus altos ideales de bonanza;
sus banderas de fe y resplandores
de paz ilimitada...
Así, tras Himnos patrios,
en vez de levantar más barricadas,
las que existen quizás resulten todas
de museos mil piezas apiñadas...
"Renovarse o morir"...
Esa es la causa.Y la hora llegada
de dar otra estructura a tantas cosas
cubiertas con el plomo de las armas...:
otra base mejor, en la que todos
encuentren escabel para sus ansias.
Si tal hora llegó, si era hora
llegó, haciendo falta
una sangre con fe
para ayudarla....
¡Tened: la sangre que me corre,
de tanta villanía se desangra...
y por la Paz, os la presento viva
sobre este fango de desgracia humana,
y que todos los pueblos del Mundo que habitamos
y frenético marcha,
se abstengan de luchar
por una Paz manchada...
Que no importa esa Paz ni esa Victoria,
ni los triunfos que el Clarín proclama,
si el luto es el presente de las cosas
y el dolor lleva estigma de venganza...
¡Tened, esa es mi sangre
y por la Paz del mundo, ni violo mi palabra.
Albino Suárez
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