BIEN, YA ESTAMOS EN AÑO NUEVO.

Así es, en efecto: ya estamos en Año Nuevo, con mayúsculas. ¿Y ha cambiado algo? ¿Sí...? ¡Ah, mire qué bien! A ver cuando me invita, que soy de poco gasto.
Hablando en serio: Estamos en otro año, según el calendario romano, pero, a parte del montaje comercial-religioso, religioso-comercial, tan rentable para ambas razones, el mundo seguirá rodando igual; tan igual como siempre, con los días y las noches pasando como pasaron siempre; antes y después de Cristo; allí calor, acá frío --según las estaciones--,en una parte con opulencia y en otra sin tener donde caerse muertos. Aquí con cánticos y allá con llantos o, por si usted se siente herido en su sensibilidad, le cambio las tornas: allá con cánticos y acá con llantos...

Todo Cristo- o sea, todo bicho viviente por estas fechas, al pasar, te desea y nos desea felicidades. Así : " Feliz año nuevo? ¡Coño, qué buena es la gente! ¿Nada más que en año nuevo? Y el resto del año ¿qué? Y uno, que es como es y como siempre ha sido, que se ha conformado con un plato de sopas de ajo en esta pasada y en todas las llamadas Noche Buenas y Noche Viejas, suele responder con un ¡Salud!, que al parecer no tiene nada que ver con el deseo religioso de estas fechas, que celebran --dicen-- el nacimiento del llamado niño Jesús, que dicen también que es hijo de Dios y que ha venido a redimirnos del pecado original de Adán y Eva, que ni Dios sabe cuándo ni dónde nacieron y cómo demonios se arreglaron para, sin pecar incestuosamente los hijos que tuvieron, crecer y multiplicarse, según el mandado de Jehová.

Además, uno no entiende nada de nada. Y ello porque no sabe por qué la fe mueve montañas, ni por qué Cristo, que nadie sabe dónde estuvo la mayor parte de su vida,tuvo que dejarse morir para después resucitar a los tres días y desaparecer por si las moscas romanas, en connivencia con Caifás, supremo sacerdote de aquellos tiempos, como supremo sacerdote es ahora el Papa de Roma...Resumiendo, que Cristo sube a los cielos --¿a dónde si no iba a ir?--y ante su desaparición tras resucitar, se escribe una leyenda muchos años después, y según quienes fuesen los escribas, llamados apóstoles, así salía él; una veces mejor y otras veces peor parado. Eso sí, lo simbolizaron clavado en una Cruz, con una corona de espinas sobre la frente, y desde entonces a esta parte no hay nadie que se duela y conduela de él, a no ser los incrédulos, para que lo desclaven de la cruz y le quiten las espinas de la frente...

¿Que qué tiene que ver el nacimiento del niño Jesús o sea, la navidad, con su muerte? No sé, pero tratándose del mismo hijo de Dios, que no entiendo tanta alegría porque nazca y, tras darle muerte por soliviantar las masas contra Roma y contra los los fariseos y los sayones, a los que Rabindraná Tagore tampoco quería, no haya nadie que le desclave de la Cruz o sea, haya tan poca pena por su calvario y por su desaparición de este mundo.

En resumidas cuentas, que estas cuentas no tienen resumen que valga, que el montaje de las fiestas de Navidad y de Año Nuevo son de no poca rentabilidad para quien tal hizo. Y esos festines y esas pitanzas; ese derroche y desmadre en tales fechas señalados por segundos, minutos, horas y días, semanas, meses y años, no reportan nada que merezca la pena contar. Lo único que queda demostrado que el mundo gira y que nosotros, con el niño Jesús y demás complementos agregados, pasamos que nos matamos , dejando atrás, cada vez más, más que jirones de vida, la vida hecha jirones. Y así, por lo que aquí manifestamos, habrá en contra maldiciones y, si alguien coincide con lo expuesto, seguramente que no habrá bendiciones, ¿a qué fin? ni nada por el estilo.

Disculpen, pero me falta decir que recordamos años de penitencia e infancia, cuando había quien celebraba la Navidad, y acaso diesen gracias a Dios en la España aquella que soñaba viejos imperios, y uno no tenía otros manjares más que un plato de sopas de ajo, cuando lo había,pero sin ajo, que ni para ajo había en muchas casas de mis tiempos y mi vida. Desde entonces, no es que no vea a Dios, es que cada vez lo veo más lejos, si es que algo puede verse donde nada se ve...y donde el vaticano lo ensombrece todo.

¡¡Salud y Paz!!