HORIZONTE DE PERROS



Es así. Hay un horizonte de perros cercando España, sobre España, en España. Y no es el horizonte de perros del poeta.Es el horizonte negro, pardo, amenazador, que muestra sus dientes, como los perros y las uñas, como los gatos, para que acabe de ser todo tenebroso. O de asustar.O de ponerse en lo peor.

Naturalmente, hablamos del tiempo presente y del tiempo que corre y favorece al líder de la oposición Mariano Rajoy,el buen hablador y el mal portador de soluciones, que si antes en todas partes tenía remedio para todo, ahora advierte que no "hay varitas mágicas" para salir de la crisis, y para que deje atrás la negrura que se cierne en este país llamado España. O sea, que predicar no es dar trigo. Y como además de ver todo el horizonte negro, si tuviera que llevar el gato al agua, se deja entrever que Rajoy está intentando curarse en salud, por si las moscas...

El horizonte de perros es real, pues no en vano a España nos la pintan como Reino. Eso es. Con democracia constitucional, pero reino al cabo, donde para una inmensa mayoría de súbditos no tienen trabajo y tienen, por ende, las peras a cuarto, el cocido colgado y, aunque haya miles de viviendas vacías, hay quien anda con el culo al aire y a la cuarta pregunta.

Y si además de no tener trabajo, el que lo tienen trabaja poco. sobre todo en este país católico que hay cuatro millones de funcionarios , que funcionan poco, aunque Ana Botella diga que en Madrid funcionan mucho, la verdad es que la duda impera, como Isabel y Fernando, que la cosa está que arde, que el Gobierno, haga lo que haga, no es capaz de resolver el problema del paro, que es el que cuenta y del que, detrás, trae todos los demás, mal se va a salir de estas crisis que nos afecta, o que se cierne sobre España, como la negrura que se ve más cerca que lejos en este horizonte de perros al que ya se ha llegado.
LOS RICOS A LO SUYO
¡Que bien! Los ricos en España, para demostrar que son esos buenos españoles de obra y misa, parece que tratan sobre cómo o sobre sí deben aceptar subirse los impuestos para contribuir a reducir la crisis, o no deben hacerlo. Estos señores--ya ven. señores-- son más afortunados que los trabajadores, que no se puede permitir el lujo de discutir si deben o no pagar impuestos. A esta gente, los míos, los de pico y pala, los obreros, los especialistas de los talleres y las fábricas, los que doblan el espinazo, se les pone e impone un modelo para contribuir y no tienen más nada que hacer que pagar y callar, que para eso "España somos todos", aunque unos más que otros, sobre todo a la hora de pagar.

Horizonte de perros, crisis encima, no hay quien se libre. O si, que en lo que se sabe la Iglesia, que en España tiene más poder que el pueblo y más que el Gobierno y más que el lucero del alma, esa no paga impuestos, esa no sufre restricciones, esa no discute, como los ricos, si debe pagar siquiera algún impuesto. Nada de eso. La Iglesia,que del 0,3 % que percibía pasó a percibir el 0,7 % por obra y gracia de Zapatero, lo que "les ha parecido bien "a los Rouco Varela y a los Martínez Camino y demás señores de ganar el pan con el sudor de sus frentes, que se sepa para tales no hubo merma en los ingresos, ni se las ha rebajado los jornales, ni han quedado al paro--es decir sin puesto de trabajo, que también es otro decir...--ni vieron sus ingresos reducidos, que la Iglesia --¡Dios nos asista!-- es intocable. ¿Y es tan pía y tan misericordiosa como nos la pintan?
El papa, advierte a España
--¡Pecatore tua amada!

En España, para no seguir más por hoy,
donde puedo caer en pecado mortal si sigo cuestionando la función católica de la Iglesia vaticana, el horizonte de perros que cubre el país tiene y tuvo unos motivos.La especulación, la banca, el derroche, el vivir por encima de nuestras posibilidades, el creer que no se iba a acabar lo bueno, el que haya tantos y tantos y tantos al pesebre del Estado,tantos comiendo la sopa boba, tantos en los distintos cargos de despachos y oficinas marcando lo qué han de hacer, por ejemplo, los campesinos...Desde luego, la crisis está ahí, aquí. Es un tremendo nubarrón que está encima y del que salen rayos y truenos...
(Ilustraciones recogidas en Internet)