ADOLFO GUSTAVO PÉREZ, POETA


El poeta Adolfo Gustavo Pérez, firmando sus obras en la Librería Cornión de Gijón. A su izquierda, Josefina su esposa; a la derecha, de barba, Javier Vallín, poeta y con un libro en la mano, el autor de este Blog.

Los poetas también mueren. Adolfo Gustavo Pérez era un poeta de calidad y personalidad, pero ha muerto. Como mueren los sueños y los ensueños. Hemos sentido su fallecimiento, porque Adolfo era un amigo desde los años lejanos de 1960. El procedía de Villaoril, Navia, en Asturias y trabajaba en los astilleros en Gijón, en uno de los varios astilleros que había. Era por tanto un trabajador, como nosotros. El, al borde del mar y, a veces, entre la bruma costera de Gijón y, nosotros, bajo tierra, arrancando carbón a los filones hulleras del Pozo Villar, en la cuenca del Nalón. Alguien nos puso en contacto y, desde entonces, fuimos amigos.
Adolfo Gustavo Pérez escribía no bien, sino muy bien. Su poesía era sólida y entera.Lo mismo que su amistad, que también tenía esa premisa. En Gijón, junto a otros poetas, tuvimos algunos encuentros de tertulia y disertación, unas veces en el Dindurra y otras veces en centros culturales, como al Ateneo de La Calzada, zona en la que él vivía, calle Oriental. Gustavo había sido premiado por alguno de sus sonetos, como "El Hijo".
En el Ateneo de la Calzada,en octubre
de 1983,en un acto homenaje a Alfonso Camín precursor de la Poesía
Afrocubana. En el centro,Adolfo Gustavo Pérez y leyenda la ponencia,Albino Suárez.

Los años pasaban. La vida también pasaba. Y un día fallece su esposa, Josefina, tan buena persona como lo era Adolfo. El silencio y el aislamiento hicieron mella en el buen poeta y amigo.Vivía lamentando la pérdida de su compañera irreparable. Posiblemente el solaz que podría ofrecer la literatura fue abandonado; dejó de escribir y de compartir ensueños poéticos. Dejo de pintar, que también tenía cualidades para el dibujo. Adolfo no era el mismo. Le faltaba parte de si pro¡opio faltándole Josefina, que había estado enferma algún tiempo antes.

Tras la muerte de la esposa y compañera, musa y amiga, el poeta se sumió en un silencio que no quiso romper. Y una día, algún tiempo después, le echamos en falta. Preguntamos por él, pero los conocidos gijoneses nos dan la peor noticia deseada. Creían que había muerto. Pero no, no había muerto: se encontraba en Foz, Lugo, con su hijo, de igual nombre,quien desempeñaba cargo en aquella zona de Galicia. Alguien nos da la dirección y nos ponemos en contacto de nuevo. Le enviamos algunos ejemplares de nuestra revista "ALTO NALÓN". Hablamos por teléfono y, lo más importante, supimos uno del otro de nuevo.
Hasta que este final de mes de junio, nos llega la noticia vía telefónica: Adolfo había muerto en Foz, Lugo, a los 88 años de edad, no obstante sería enterrado en Jove, Gijón, tal como fue el día 23, a cuyo acto asistimos para despedir al amigo y poeta que fue Adolfo Gustavo Pérez. Nos cuentan que, a pesar de los años, su calidad de vida fue lo más optima que puede ser a esa edad, que por otra parte la llevó bastante bien..
Para el amigo, ya ausente definitivamente, nuestro deseo de paz, si es que, tras la muerte, esas cosas pueden darse. Sino, nuestro recuerdo más afectivo.

2 comentarios:

aruca dijo...

Voy de palo y de cortejo.
Voy de Roces hasta Granda,
voy de Granda hasta Mareo;
voy de Roces a Tremañes
voy de Roces a Porceyo.
¡Soy de San Julián de Roces,
yo el mi pueblo non lo niego!».

Pelayo, nieto de Viriato dijo...

Conocía Adolfo Gustavo Pérez, a Albino Suárez, a Javier Vallín, a Chemag,o Rodriello y a otros muchos en años en que tenían sus encuentros poéticos, tertulias y divagaciones en Gijón. Y lo que dice Albino acerca de Adolfo Gustavo Pérez es totalmente cierto.- Era un buen poeta y una buena persona. Corroboramos el aserto del Poeta minero, como era llamado no sin razón, Albino Suárez, tal y como dejó escrito en este blog del que es titular sobre Gustavo Adolfo Pérez.
Nos lamentamos de la escasa asistencia de amigos gijoneses al entierro del poeta de Villaoril. Es posible que no se supiese su fallecimiento, aunque es verdad también que en Gijón no parece que haya aquella conexión entre poetas y escritores venidos del campo del trabajo: ahora los que hay tienen otras ínfulas y otros apetitos. Y son más intramuros en sus expresiones, pues giran en torno al llamado bable de probeta, que lo eran aquellos que hemos visto y compartido alguna vez en sus reuniones.
Lo cierto es que Adolfo Gustavo Pérez ha fallecido sin que,en lo que sabemos, la prensa y otros medios se hayan hecho eco del suceso.Lamentamos el silencio.