CUESTIÓN DE CUESTIONES.

Los votantes de izquierda parece que son más comedidos que los votantes de la derecha. E incluso los líderes de ambas tendencias. Veremos por qué. Cuando Rodríguez Zapatero había ganado las elecciones, 8 años atrás, en los muchos medios a que tiene opción la formación del PP, no esperaron a que Zapatero nombrase a su equipo ministerial. Bastaba que los medios de información vaticinasen los ministrables para que en el PP salieran voces manifestando que no ofrecían garantía ninguna. En cambio ahora, cuando el señor Rajoy Brey ganó las adelantadas elecciones y no acaba de presentar ni lo que será su equipo ni presentar ningún plan --él que tenía todas las soluciones antes de las elecciones--, en lo que ha de ser oposición de la izquierda, nadie sale al camino a extorsionarle. Nadie argumenta que, hasta el momento, lo único fiable de él fue su palabrería. Ni más ni menos.

Desde el extrarradio de la política y desde el extremo opuesto a quienes viven como reyes de ella, recordamos que predicar no es dar trigo. Y Rajoy, que tenía todas las soluciones con él y en bien de España, resulta que ahora no se le ve más que el plumero. Donde ayer brindaba soluciones a todo, hoy ya dice que la situación no es para esperar milagros, que él no tiene varitas mágicas,... O sea que lo que quería era llegar a alcanzar su cumbre dorada: La Moncloa.

Del ayer que nos prometía a todos más felicidad --como suena: que los españoles íbamos a ser más felices si él ganaba-- a la realidad que se le viene encima, parece que le acoquina un poco. Ya no es todo como nos hizo creer. Que él, como Aznar, tenían la solución para salir de la Crisis, la solución para rebajar el paro, para crear empleo, para que España otra vez-- ¿¡? -- fuese fuerte y respetada en el Mundo, para que los líderes europeos se dejasen de cuento y callasen la boca ante la actuación de España, que, gobernando el PP, sabría ponerles firmes ante la solvencia de la comisión española, naturalmente, compuesta por los gloriosos españoles del PP.

Esa es la realidad. Que Rajoy tampoco nos va a sacar de la crisis, ni va a reducir el paro, ni va a solucionar los problemas, a no ser que, como español admirador de Franco, corte por lo sano, nos ponga a todos a trabajar medio gratis, como nos ha tocado a nosotros allá por los años del 40-50
saber lo que era trabajar mucho y cobrar poco. O sea, que hemos conocido las Cartillas de Racionamiento, las limitaciones de muchas leyes y muchas cosas, a las cuales es de suponer que el señor Rajoy no quiera acceder,incluso, para salir de la crisis.

Y ahora que caigo. La crisis, según Rajoy dijo muchas veces, era Zapatero. A lo mejor ahora que Zapatero está a punto de salir de La Moncloa, la crisis, con un hombre de tanta certeza como la que tiene Rajoy, desaparece para siempre. O sea, que vamos a ser felices, cosa que también nos ha prometido. No en vano tienen la solución en las palabras. Lo ha dicho Arenas. Si De Cospedal ha recortado en sanidad y en enseñanza ,y en el personal funcionario, haciendo que trabajen más y ganen menos, ello se debe al caótico estado de las cuentas castellano manchegas que ha recibido
la dicha lideresa De Cospedal...

Si es así no entendemos por qué tanto se han empeñado, trabajado y luchado denodadamente para llegar a los puestos de gobierno y mando que tanto ansiaban, si todo estaba mango por hombro y todo era un caos y un cataclismo, eso sí, para todo ello ellos, el PP ,tenía la solución y el remedio, mejorando las cosas y los casos , saliendo todos más beneficiado, todos más contentos y todos felices...

A ver si no aclaramos, oye, que si no, otra vez no les van a votar los que esta vez lo hicieron. Y ellos sabrán porqué lo hicieron, porque, hablando en serio, Rajoy, diga lo que diga, no es de fiar;por eso, porque el que mucha habla, mucho yerra. Y si no, el tiempo dirá cómo va a hacer para cumplir toda la retahíla de promesas y de bendiciones que nos había prometido.

¡Ah! Ahora caigo, menda no tiene derecha a cuestionar a don Mariano Rajoy Brey pues no lo ha votado. Ni le votará jamás de los jamases.

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