
y de lo que, sin comerlo ni beberlo,
le están cargando como cruz...

en esta viga, es la talla
que dicen erótica y que en Oviedo
les llamó y llama mucho la atención.
Lo hemos dicho ayer. La desaparición no fue ayer ni anteayer.La desaparición ya la hemos constatado nosotros en la revista ALTO NALÓN, número 238 del segundo trimestre de 2006; esto es, que en el 2005 ya nosotros fuimos testigos de que la talla en cuestión no era perceptible ni siquiera subiéndose en una escalera, fijándose bien y buscando distintos ángulos: nada. No se apreciaba nada. A lo más, unos trazos y sobre los trazos más presumibles que efectivos de un recuadro de no más de 20 x 20 centímetros, dentro y fuera de él, la huella del tiempo: carcoma y más carcoma, polilla y todo aquello que hace que al discurrir de los años los demonios acaben con todo...
Aclarado lo que precede, que tampoco tenemos por qué, ya en 1965 --que no fue ayer, como puede verse--nos hablaron a nosotros de aquella talla.Entre otros, lo hizo Isabel Díaz, ya una anciana entonces y que tenía parentesco con el misionero de la localidad Fray Norberto del Prado, y nos habló asimismo Emilio Barbón Valbona, con el que tratábamos mucho más por aquello de hablar de versos y de coplas. Recordamos haber subido a la tenobia

Ella fue quien nos dijo que "tal cosa
no había sido vista por los nacíos"...
--"Lo que representaba aquello nun ye pa decir, porque tal cosa los nacíos no vieron nunca"- manifestó la anciana.
-- Ello resulta, sentenció Emilio en un aparte, que la leyenda dice que que fue sí. Y si fue o no, ¡quién lo sabe!
Lo que se contaba y se nos contó entonces es que, en 1890, cuando regresó de filipinas a recuperarse de una enfermedad palúdica que padecía fray Norberto del Prado, natural del lugar de Lorío, quiso intervenir y arreglar el desaguisado si ello fuera posible, pues ya el hecho había tenido lugar años atrás.Lo que quiso hacer el misionero fue, convocando a los vecinos, bendecir el hórreo , algo así como exorcizarlo y pedir perdón por las almas pecadoras de aquel caso, eso sí otorgándoles él su propio perdón, "porque las cosas no suceden así porque sí, si no porque el diablo, que está en todas partes, siempre aprovecha la ocasión para hacer de las suyas.."
De aquel acto, nos dijeron tanto Emilio Barbón como su vecina Isabel Díaz, que se había hablado mucho.Y se sigue hablando, como se ve. Ello es que para Isabel, todo era pecaminoso y tras el hecho de purificar el hórreo por el monje Norbert

de Lorío, quien también nos habló,
más que de la tabla erótica,
de la leyenda en torno.
Y última observación. Hasta nuestros oídos llegó el descontento de los propietarios actuales del hórreo, que están dispuestos a pedir responsabilidades a quienes escribieron, si siguen insistiendo, que la talla había sido limada, cuando sabido es que quien ha hecho "desaparecer" la misma no fue otra cosa que la carcoma y no de la noche a la mañana, sino paulatina y lentamente. Esta fue la causa de tal desaparición y no otra. Que ya había empezado, además, muchos años atrás...Y como fue así, uno de sus propietarios nos manifestó que "¿a qué viene ahora tanto escándalo?. Pues eso, que lo diga el que lo sepa.