Y MIENTRAS TANTO, ASTURIAS ¿QUE DICE?

Estamos viviendo tiempos agitados. Soplan vientos diversos. Y adversos. De una parte, Baltasar Garzón, que ve frenado su deseo de descubrir las (muchas) fosas comunes devenidas de tiempos de guerra y después de la guerra, precisamente por la Audiencia Nacional y de otra, la propia Audiencia que argumenta sus decisiones y suspende o frena la búsqueda en cuestión.
Ventolera que afecta a la Reina
Sofía, viene del libro que sobre ella y con ella escribió Pilar Urbano, y vientos de controversias por sus palabras. El PP, que no acaba de sentar cabeza y, mientras acusa por sí o por no a Zapatero, no consigue arreglar su casa.Los obispos, que en cuanto tienen ocasión,--y si no la tienen, la buscan--arremeten contra todo lo que haga el Gobierno que preside Rodríguez Zapatero (menos contra el dinero que reciben de él en cantidades cuantiosas). La voluntad del presidente del Gobierno de asistir a la cumbre del G-20, donde BUSH , ya derrotado en las urnas de su país, le hace la vida imposible para que Zapatero no pueda asistir.No le perdona, ni Aznar tampoco, que retirara las tropas españolas de Irak,al que invadieron caprichosamente el Trío de las Azores .Y, entro otras ventoleras, la que sopla de los que, ni a sol ni a sombra, quieren a Zapatero en España, que ya se sabe quiénes son, los cuales dicen que mendigó por el mundo para poder acudir a Washington.

Ventoleras continuadas. Franco --por fin--va perdiendo sus hiperbólicos rangos de Hijo Predilecto de aquí y de allá. Ciudades y regiones van logrando imponer el sentido común y haciendo que las cosas vayan por dónde deben ir. Sin embargo, todavía quedan raíces incrustadas en la tierra. Y en Asturias también. Todavía quedan símbolos y nombramientos al Caudillo.El elegido por la gracia de Dios para salvarnos de tantos males y dotarnos de tantos beneficios.Y no me cabe duda que nos dotó de una monarquía, a la que, a falta glorias mayores, todos parecen aceptar y aplaudir...La sombra, pues, de Franco, es alargada.

Y por ser así, nos cuentan que Gijón es una de las ciudades en la que todavía subsisten los nombramientos de gracias excelsas a su Excelencia el Generalísimo. Y casi no es de creer que sea así, pero así es .Y uno no sabe qué decir. Gijón todavía alberga los nombramientos y rangos otorgados a Franco. ¿De qué habla, entonces?
En las cuencas mineras, ahí, en El entrego,todavía existe un símbolo franquista,enhiesto, con el yugo y las flechas, bien visible y representativo, a la derecha del Nalón, en dirección a la Hueria de Carrocera.
En Pola de Laviana, donde es verdad que ha sido suprimida en su día la calle Generalísimo por la de Libertad, existen, sin embargo, tres calles con nombres de personajes encumbrados como héroes del 18 de julio. No es que fueran de acciones reprobables, al menos que se sepa, pero ahí los sigue sosteniendo --¿por qué?-- como si no hubieran sido defensores del falangismo y enemigos de la República: Murieron a los dos días de empezar a luchar, murieron en el frente, pero los han honrado como si hubieran sido martirizados. Y ahí siguen.

Hay más casos como los someramente apuntados. La sombra del Generalísimo es alargada, por lo que se ve.
Y en Tineo, cuna de Riego, el héroe de Cabezas de San Juan, ahorcado por el felón Fernando VII, vil entre los viles, se dan cosas extrañas. Así, en Tuña, patria chica de Rafael del Riego, existe un busto en la plaza del pueblo, frente a la iglesia, la que ignoramos si le bendecirá o hará lo contrario. Busto que, visto de frente, tiene al lado izquierdo una farola con el emblema fernandino, donde no falta su escudo borbónico. Farola levantada hace dos o tres años, y, para que no haya dos sin tres, a continuación de la farola fernandina, más a la izquierda, una estela sobre la que luce un medallón de honra al Príncipe de Asturias, con leyenda que le agradecen por ser quien es.
Y en la capital tinetense, donde se levanta un monolito al último Presidente de la República en el exilio, José Maldonado, no ocurre menos.El monolito está levantado en una pequeña plaza que lleva el nombre del general Martín Alonso, naturalmente, perteneciente al bando vencedor golpista. Y a más sarcasmo todavía, frente a la que fue casa y vivienda del señor Maldonado. Huelga decir que aquí, el nombre que debiera llevar este lugar es el de José Maldonado y no otro. No obstante, así están las cosas...
O sea, Asturias, ¿qué habla? ¿Quién explica estas extrañas situaciones, donde se mezcla la victima con el verdugo y la república con la monarquía? ¿Por qué existen todavía simbologías del franquismo-falangismo en calles y en títulos honoríficos? ¿Por qué? ¿Quién lo explica...?Y en Tineo, ¿por qué se mezclan churras con merinas...?




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