PELAYO, ESPADON Y SAYO

Sea o no santo de nuestra devoción el Rey Pelayo, de él se habla y se habló, fundada o infundadamente, de su su victoria en los montes de Covadonga sobre la morisca, que por atea y no cristiana, recibió el guerrillero de Cristo --como Alfonso Camín tituló un libro sobre él--la ayuda de la Virgen o de otros poderes celestiales, pues del cielo vino, según la leyenda, un gran apoyo al defensor de la cristiandad, el rey Pelayo, que no se sabe de dónde era ni siquiera si era rey, si era cántabro o astur, si godo o qué; pero el hombre, por ser quien era, recibió del cielo contra los árabes un gran consuelo: lluvia, rayos y truenos y, tras ello, desprendimientos de tierras, aludes que engulleron a los sarracenos, todo venido por obra y gracia celestial, divina y sobrenatural, que hizo que los moros, para que aprendieran, salieran huyendo como los demonios, ya que nada podían hacer contra la verdad de tan fieros y justos defensores de un país como España era...

Pelayo, espadón y sayo
y, sobre su testa dura,
rudo casco, que Pelayo
lleva con gran galanura.
Pelayo, la historia oscura
de una vida guerrillera,
cuya vida quedó fuera
de toda luz y razón...

Solo en él, por todo airón
y de suyo por bandera,
enarbola un espadón...

De no ser por Covadonga y por los montes del Auseva; de no ser porque los árabes, que largaron con viento fresco ante el clima que encontraron en Asturias, Pelayo no hubiera entrada en la Historia. No hubiera entrado, ya que salió de ella tras la batalla de Guadalete en 711 poniendo pies en polvorosa, desde Toledo, en 714 para venirse a Asturias custodiando el tesoro --dice la leyenda--del rey visigodo.
Y eso del tesoro, de la batalla de Covadonga en el 718, las flechas que lanzaban los moros y que desde el cielo rebotaban sobre ellos, por fiarse de la Virgen, se supone que, por uno y por otro, la historia habló, por tanto, de Pelayo, de origen noble, faltaría más, descendiente de Favila y ascendiente de otro Favila, que por andar a picos pardos pagó con la vida a zapas de un oso en los montes de Cangas de Onís..
De modo que por eso, Asturias le honró siempre, y desde siempre abundan las leyendas de los tesoros escondidos y la gente, desde entonces anda buscándolos que se mata..
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Pelayo, astuto y sagaz
con remote de famoso,
sobre el roquedal del oso,
ganó al oso a montaraz...
La Historia le cuenta audaz
y la leyenda, asturiano;
la Iglesia le dice hermano
y a la postre de lo habido
nadie sabe quién ha sido
este guerrero cristiano.



Lo cierto de todo es que, tras Pelayo, se estableció en Asturias la discutida Monarquía y sigue siendo discutida todavía...

2 comentarios:

Asturkon dijo...

Mi querido amigo, ha sido un verdadero placer el encontrar tu blog, ya me he suscrito a él para poder seguir mejor tu estela por el ciberespacio.
Un abrazo
Guendy

Pelayo, nieto de Viriato dijo...

Aprovecho que Asturkon dijo...sobre el blog de Albino Suárez que había sentido verdadero placer al encontrarlo, para decir eso mismo yo, no ahora, sino cuando hace pocas fechas también hallé su blog, al que, desde entonces, sigo a diario o, al menos, cuando lo escribe.
Y es que, conociendo la trayectoria de Albino, minero desde los primeros años de su infancia, carente de estudios ni de títulos de ninguna clase,no otra cosa que admiración despierta, pues al margen estos blogs en que escribe, debe dejarse constancia que es autor de cerca de cincuenta libros; fue único autor de la edición de una revista,Alto Nalón, que la sostuvo nada menos que 25 años ininterrumpidos, amén de que fue corresponsal de prensa y hombre preocupado por la cultura.Y por si fuera poco, a sus años, que ya no son pocos, disfruta manteniendo una finca de monte, a la que no va precisamente a tirarse ala bartola, sino a trabajarla y a cuidarla.
Así que, si Asturkon se admira, eso mismo me sucede a mí,leyendo sus blogs, ya en prosa, ya en verso.Mi aplauso, pues para él, O sea, para albino.