Tino Pertierra es un periodista de La Nueva España, muy variado y entretenido;literario y original. El día 6 de marzo leímos de él la breve entrevista que le hizo a Care Santos, de la que no conocemos su obra, pero parece que viene de vuelta en este mundo de la literatura. Bien, lo cierto es que el periodista le pregunta a Care Santos: "El primer libro del que tiene recuerdo" y la escritora responde: --"Unos poemas muy cursis pero preciosos de José Ángel Buesa en la colección Laurel de mi padre"...
Bien, pero disiento de la Santos. Primero, porque lo cursi no suele ser precioso -o lo precisos no raya en lo cursi. O, en cualquiera de los casos, no deja de ser un contrasentido que sea cursi y a la vez precioso.Y, seguidamente, en lo que interpreto, la Colección Laurel era propiedad de Bruguera e ignoraba que fuese de su padre de ella.Otra cosa sería una serie de la colección.
Lo demás, allá penas. Pero, pobre Buesa, el poeta cubano más leído y traducido, legal y subrepticiamente, del siglo pasado. Sus temas preferidos: el amor, la infidelidad, la galantería, el sentimiento, resulta que sus versos son cursis, cuando son los más admirados de los lectores de poesía. O sea, que hay un porrón de cursis en el mundo. Y, a propósito, los libros de Buesa siguen leyéndose y buscándose, y no se encuentran.
Bien, pero disiento de la Santos. Primero, porque lo cursi no suele ser precioso -o lo precisos no raya en lo cursi. O, en cualquiera de los casos, no deja de ser un contrasentido que sea cursi y a la vez precioso.Y, seguidamente, en lo que interpreto, la Colección Laurel era propiedad de Bruguera e ignoraba que fuese de su padre de ella.Otra cosa sería una serie de la colección.
Lo demás, allá penas. Pero, pobre Buesa, el poeta cubano más leído y traducido, legal y subrepticiamente, del siglo pasado. Sus temas preferidos: el amor, la infidelidad, la galantería, el sentimiento, resulta que sus versos son cursis, cuando son los más admirados de los lectores de poesía. O sea, que hay un porrón de cursis en el mundo. Y, a propósito, los libros de Buesa siguen leyéndose y buscándose, y no se encuentran.
¡Qué se va a hacer! Los tiempos y les personas son --somos --así.En cuestión de gustos -dicen- no hay nada escrito. Lo que lamento --que es un decir-- es que para una fémina Buesa resulte cursi, lo que viene a ser , más o menos, lo que desdeñan algunas hembras (y no me refiero al caso concreto de que hablo) de ciertos hombres si les hablan o les citan algún verso, calificándolos de románticos o parecido.
"Sonríe, jardinera, si en el surco te inclinas
y buscas el secreto profundo de las cosas:
No pienses que las rosas se afean con espinas,
sino que las espinas se embellecen con rosas"
y buscas el secreto profundo de las cosas:
No pienses que las rosas se afean con espinas,
sino que las espinas se embellecen con rosas"
Total, que no sé porqué inicié este post hablando de quien hablé para decir que la poesía de Buesa, como la de Camín, (que a buen seguro es menos cursi que la de Buesa y que no sé porqué se nos da que la conoce la Santos) es preferida no sólo nuestra, si no de muchos otros lectores, los cuales, seguramente, no la juzgarán cursi ni mucho menos. Pero si lo fuera ¿qué? ¿A mí que me cuentan? Seguiremos leyéndola y admirándola y, en la medida que podamos, defendiéndola. Y como aquí ahora, insertando uno de sus poemas. Por ejemplo "Muchacha dormida":
La muchacha dormía/
en una fría habitación de hotel./La muchacha dormía/
Afuera, atardecía el mediodía,/
en la penumbra del invierno aquel./
Mi mano fue liviana, tan liviana/
que casi no era mía,/
y alcé el plisado cobertor de lana/
y miré a la muchacha que dormía./
Y, de alguna manera/
ya no fue invierno en el minuto aquel,/
sino una repentina primavera/
en una alegre habitación de hotel./
Y --como nadie miente,/
si es primavera en una tarde fría--,/
supe después,maravillosamente,/
que la muchacha aquella no dormía..."/
que casi no era mía,/
y alcé el plisado cobertor de lana/
y miré a la muchacha que dormía./
Y, de alguna manera/
ya no fue invierno en el minuto aquel,/
sino una repentina primavera/
en una alegre habitación de hotel./
Y --como nadie miente,/
si es primavera en una tarde fría--,/
supe después,maravillosamente,/
que la muchacha aquella no dormía..."/
Sirva por hoy este poema del Bécquer hispanoamericano, como algunos le califican, para rendirle perpetuo homenaje de admiración por sus estrofas rimadas y llenas de belleza; desde luego muy distintas a las poéticas que nos quieren meter a la fuerza y por la influencia mediática del amiguismo. La poesía, como la música o la pintura, es tanto mejor cuanto mayor sea se concepción y belleza armónica. Lo demás, ya es otro cantar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario