Masoquista es aquel que, según se dice, disfruta sufriendo...o algo aproximado.O sea,que se recrea y goza con perversión propia o ajena.Lo que sea, que no es nuestro caso,al menos en lo que concierne a la propia expresión que se deriva del placer de la carne...
Mi caso es otro, pero que también puede ser causa de parecida actitud semejante.Al grano, que es el que germina y no la predica insulsa. Así, lo cierto es que,reconociendo que hay individuos tales como periodistas, columnistas y otros semejantes, que resultando poco gratos por sus actitudes frecuentemente contrarias por lo que dicen y por cómo lo dicen y por lo que sienten y por sus fobias y tendencias a vituperar, precisamente aquello que mejor nos cuadra o que juzgamos más verdad y más honroso que lo que tales individuos piensan, sienten y manifiestan, que siempre choca con nuestras opiniones, a la vez que nos resultan desagradables política y personalmente,por todo lo cual mejor sería darles la espalda e ignorarles definitivamente...que leerles, como les leemos,aún a sabiendas de que cada nuevo artículo nos va a resultar igual que el anterior: motivo de contradicción, o sea, desagrado. De modo que, siendo así, pensamos que si tendremos algo de masoquistas, pues no hay nada peor, en esto que comentamos, que leer a quienes sabemos de antemano que nos va a desagradar o más aún: indignar...
En Asturias hay tres o cuatro periodistas que mantienen una actividad verdaderamente repudiable.Un día sí y otro también, si no tienen tema, lo inventan.La cuestión está en sembrar cizaña, desprestigiar, a lo Jiménez Losantos; incordiar, tergiversar noticias. Dar vuelta a la tortilla, y seguir brindándose tales individuos como verdaderos españoles, mientras los demás, como en tiempos no tan lejanos se decía, no eran españoles.Para Franco, los verdaderos españoles estaban en España; los que sufrían cárceles y destierro no lo eran. Ni lo fueron los 7.500 republicanos asesinados en Mauthausen Pues poco más o menos ocurre con estos referidos comentaristas, donde hay alguno que ve a su santa Iglesia Católica perseguida, acosada y maltratada.Y tanto lo reitera, que debe creer hasta él mismo que es verdad.Aunque, que lo crea o no, es lo de menos; lo que importa es que sigue manteniendo una actitud tan inquisitorial como Rouco Varela ahora o como Torquemada ayer, y ese comentarista, pese la evidencia de la historia,sigue viendo gigantes donde sólo hay molinos. y así, un día y otro día. Al final, acabará como Don quijote, descalabrado y mellado.
Seguir leyendo a semejantes sujetos, sin duda es para pensar que somos masoquistas.AS
Mi caso es otro, pero que también puede ser causa de parecida actitud semejante.Al grano, que es el que germina y no la predica insulsa. Así, lo cierto es que,reconociendo que hay individuos tales como periodistas, columnistas y otros semejantes, que resultando poco gratos por sus actitudes frecuentemente contrarias por lo que dicen y por cómo lo dicen y por lo que sienten y por sus fobias y tendencias a vituperar, precisamente aquello que mejor nos cuadra o que juzgamos más verdad y más honroso que lo que tales individuos piensan, sienten y manifiestan, que siempre choca con nuestras opiniones, a la vez que nos resultan desagradables política y personalmente,por todo lo cual mejor sería darles la espalda e ignorarles definitivamente...que leerles, como les leemos,aún a sabiendas de que cada nuevo artículo nos va a resultar igual que el anterior: motivo de contradicción, o sea, desagrado. De modo que, siendo así, pensamos que si tendremos algo de masoquistas, pues no hay nada peor, en esto que comentamos, que leer a quienes sabemos de antemano que nos va a desagradar o más aún: indignar...
En Asturias hay tres o cuatro periodistas que mantienen una actividad verdaderamente repudiable.Un día sí y otro también, si no tienen tema, lo inventan.La cuestión está en sembrar cizaña, desprestigiar, a lo Jiménez Losantos; incordiar, tergiversar noticias. Dar vuelta a la tortilla, y seguir brindándose tales individuos como verdaderos españoles, mientras los demás, como en tiempos no tan lejanos se decía, no eran españoles.Para Franco, los verdaderos españoles estaban en España; los que sufrían cárceles y destierro no lo eran. Ni lo fueron los 7.500 republicanos asesinados en Mauthausen Pues poco más o menos ocurre con estos referidos comentaristas, donde hay alguno que ve a su santa Iglesia Católica perseguida, acosada y maltratada.Y tanto lo reitera, que debe creer hasta él mismo que es verdad.Aunque, que lo crea o no, es lo de menos; lo que importa es que sigue manteniendo una actitud tan inquisitorial como Rouco Varela ahora o como Torquemada ayer, y ese comentarista, pese la evidencia de la historia,sigue viendo gigantes donde sólo hay molinos. y así, un día y otro día. Al final, acabará como Don quijote, descalabrado y mellado.
Seguir leyendo a semejantes sujetos, sin duda es para pensar que somos masoquistas.AS
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