Acaba de salir a la calle el número triple (259-260-261) de la revista ALTO NALON, correspondiente al primer trimestre del año 2008.Siempre ha pecado esta publicación por salir a la calle antes que después.O sea, que no hay tal pecado. En su editorial dice que están"25 años al alcance de la mano", es decir, que está a punto de cumplir un curto de siglo, y que, si la adversidad no interviene, los cumplirá en el próximo segundo trimestre del año que está a apunto de comenzar. Aquí todo está a punto: Y será con un número extraordinario superior a 200 páginas. Será un final honroso. Se cumplen 25 años ininterrumpidos y, como quien abre las ventanas de su casa para que se aireé el interior, aquí se abren los brazos para que vuelen las ilusiones de esta revista:Concluye su vida, al menos por un tiempo.
De todos modos, ha marcado su territorio y dejado su siembra.Lo que, guste o disguste, no va a tener, a la vista de lo que hay, quien le dé sombra.Vivió su vida a pulso, cuesta arriba, sin dobleces ni paños calientes, ni tirando con pólvora ajena ni ofreciendo otra cosa que no fuera aquello que pudiera hacer y que, hecho, fuera propio y no apropiado de trabajos ajenos, como se ve en alguna parte. Esa honra no encajó nunca en esta publicación.
Se llega a una meta: 25 años de vida, a base de trabajo y dedicación. Y se llega al final de un tiempo, donde se retirará a la orilla de la vida para ver pasar otras publicaciones, como ha visto muchas que nacieron y murieron al cabo de cuatro días durante estos 25 años. ALTO NALON vivió lo que vivió y fue lo que fue.Hay quien dice que deja un amplio sembrado de historias recogidas; de imágenes recuperadas, de material para consulta y archivo patrimonial. Eso no nos toca a nosotros decirlo. Decimos que, esta revista, sin pertenecer a partido ninguno ni a credo religioso que valga, ha recorrido un camino. Ahora le toca, aunque le afecte, hacer un alto en ese camino. Sobran razones para ello. Y, si cabe algún orgullo (que no vanagloria), ese orgullo queda reflejado en todos y cada unos de los números que puntualmente fueron saliendo. Del penúltimo, insertamos aquí la portada.-AS
De todos modos, ha marcado su territorio y dejado su siembra.Lo que, guste o disguste, no va a tener, a la vista de lo que hay, quien le dé sombra.Vivió su vida a pulso, cuesta arriba, sin dobleces ni paños calientes, ni tirando con pólvora ajena ni ofreciendo otra cosa que no fuera aquello que pudiera hacer y que, hecho, fuera propio y no apropiado de trabajos ajenos, como se ve en alguna parte. Esa honra no encajó nunca en esta publicación.
Se llega a una meta: 25 años de vida, a base de trabajo y dedicación. Y se llega al final de un tiempo, donde se retirará a la orilla de la vida para ver pasar otras publicaciones, como ha visto muchas que nacieron y murieron al cabo de cuatro días durante estos 25 años. ALTO NALON vivió lo que vivió y fue lo que fue.Hay quien dice que deja un amplio sembrado de historias recogidas; de imágenes recuperadas, de material para consulta y archivo patrimonial. Eso no nos toca a nosotros decirlo. Decimos que, esta revista, sin pertenecer a partido ninguno ni a credo religioso que valga, ha recorrido un camino. Ahora le toca, aunque le afecte, hacer un alto en ese camino. Sobran razones para ello. Y, si cabe algún orgullo (que no vanagloria), ese orgullo queda reflejado en todos y cada unos de los números que puntualmente fueron saliendo. Del penúltimo, insertamos aquí la portada.-AS
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