En Asturias o en la mayor parte de ella, suele llamarse rapusu/raposo al zorro. Incluso la canción popular asturiana tiene en este animal astuto y bello, su copla y su absolución:
"Dicen que murió el raposu/ viniendo de romería...
Si murió, Dios lu perdone;/ buenes gallines comía..
Si murió, Dios lu perdone;/ buenes gallines comía..
El raposo, rapusu, raposu es cantado por poetas y denostado por campesinos.Y está cubierto de leyendas. Astuto por naturaleza, es a la vez desconfiado, que razón tiene para serlo, pues los humanos, en cuanto pueden, perdigonazo que te crió...
Así, ante esta realidad, a finales de noviembre, en una finca de monte, donde se ven los cuetos de Mea, la loma del Aramo y los cumbres de Aller y Lena,observo que a cuatro cinco metros de distancia de mí subía plácidamente un hermoso raposo, que se dirige a un pequeño montón de tierra removida, en la que husmea. Quedo quieto observándole, mientras él se muestra tranquilo; salta a tres metros de mí, que me ve y me observa, tranquila y serenamente, sin inmutarse; se acerca a la puerta de la cabaña, por la que se adentra, sin más. Entonces le digo que a dónde va y, sin más, da la vuelta, lenta y familiarmente, no sin mirarme, olisqueando unos arbustos al pie de la cabaña.No salgo de mi asombro.
Ante el hecho, comienzo a andar despacio hacia la entrada de la finca, donde tenía el coche y a donde fui a por la cámara de fotos, para ver si lograba captar alguna imagen del familiar animal montaraz, que seguía,ahora, por la parte trasera de la cabaña.Se sentó bajo un pico, observando. Sobre un poyo de piedra, me senté yo, a observarle. Le hice una foto, pero estaba lejos. De pronto, sale debajo del pino y, salta un pequeño muro, gira hacia la derecha y pasa a mi lado, así, como si nadie estuviese allí. Vuelve otra vez al rededor de la cabaña, salta a la parte baja,vuelve a subir y es entonces cuando le hago algunas fotografías, eso sí, aprovechando que se detuvo a comer una magdalena que le había echado. Y curioso, comía como si dijéramos, con delicadeza;
lo que me admiraba al verlo.Así, ante esta realidad, a finales de noviembre, en una finca de monte, donde se ven los cuetos de Mea, la loma del Aramo y los cumbres de Aller y Lena,observo que a cuatro cinco metros de distancia de mí subía plácidamente un hermoso raposo, que se dirige a un pequeño montón de tierra removida, en la que husmea. Quedo quieto observándole, mientras él se muestra tranquilo; salta a tres metros de mí, que me ve y me observa, tranquila y serenamente, sin inmutarse; se acerca a la puerta de la cabaña, por la que se adentra, sin más. Entonces le digo que a dónde va y, sin más, da la vuelta, lenta y familiarmente, no sin mirarme, olisqueando unos arbustos al pie de la cabaña.No salgo de mi asombro.
Ante el hecho, comienzo a andar despacio hacia la entrada de la finca, donde tenía el coche y a donde fui a por la cámara de fotos, para ver si lograba captar alguna imagen del familiar animal montaraz, que seguía,ahora, por la parte trasera de la cabaña.Se sentó bajo un pico, observando. Sobre un poyo de piedra, me senté yo, a observarle. Le hice una foto, pero estaba lejos. De pronto, sale debajo del pino y, salta un pequeño muro, gira hacia la derecha y pasa a mi lado, así, como si nadie estuviese allí. Vuelve otra vez al rededor de la cabaña, salta a la parte baja,vuelve a subir y es entonces cuando le hago algunas fotografías, eso sí, aprovechando que se detuvo a comer una magdalena que le había echado. Y curioso, comía como si dijéramos, con delicadeza;
Aunque volví por la finca, no logré ver más al lustroso zorro. ¿Qué fue de él? ¿Lo mataron? Posiblemente. Dar al gatillo gusta mucho a determinadas personas. ¿Y por qué lo mataron? ¿Que les hizo? Al respecto, recuerdo que, en esta misma finca, habitó un hermoso ejemplar de urogallo hembra. Estuvo un par de días. Después, silencio. No se supo más de el animal de pluma. Igual que ahora parece que no se sabrá más del animal de pelo, esto es, del referido zorro, del familiar rapusu, que serán lo esquivos que se quiera, pero aquí el que referimos era dócil a más no poder...Al menos, si juzgamos lo ocurrido. AS
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