Estos días venimos asistiendo, desde nuestra aldea, al apasionado y controvertido aniversario del fallecimiento del que se gozaba en que fuese nombrado como Caudillo, aquel que, no sé si lo creería él, pero al resto de los españoles, nos hizo tragar y aceptar, que había sido elegido, para salvar a España,"por la gracia de Dios".Y, naturalmente,como la Iglesia de Roma le bendijo en todo,hasta los santos de los templos asintieron a tales bendiciones vaticanas.
El hecho es que los recalcitrantes de aquel "imperio hacia Dios,"los falangistas que, según alguna consigna de los tiempos, habían de ser "mitad monjes y mitad soldados", como algún apóstol de la Iglesia decía de sí, no se resignan a no celebrar en el Valle de los Caídos su homenaje patriótico el que, pese a quedar demostrado que sin él se vive mucho mejor en España, ellos siguen adorando con sus letanías,vítores y amenazas frente a la inmensa mayoría de un pueblo español que ya no quiere saber nada de semejante salvador y ejemplo de virtudes.
LA INFANCIA ATERRADAYo les juro que hace muchos años que he perdido la infancia (que, dicho sea de paso, no he tenido, porque me la han usurpado ) y, sin embargo, cuando siento a los nostálgicos del imperio hacia Dios, la camisa nueva y la necesidad que sienten de defender la patria, la fe y las sagradas tradiciones, digo que les juro que siento que revive en mí aquel tiempo de espanto que padecí cuando "las banderas victoriosas" ensombrecían la mísera vida de aquella aldea en la que hasta las piedras eran convertidas en cenizas.No miento si digo que aquella infancia fue una infancia aterrada.
De aquel tiempo sin pan y sin ropa, de aquel tiempo de ¡vivas a Franco ¡que las abuelas tenían que decir a sus nietos y sus nietos, sin saber lo que significaba, a sus abuelas, todavía arde en mi interior aquel miedo que se incrustó en mis arterias.Y, aunque el tiempo ha pasado largamente, por fortuna, todavía me preocupan aquellos gritos, aquellas aposturas imperialistas y, sobre todo, aquellos pertinaces, permanentes, metálicos gritos que al cabo del día se oían muchas veces y se oían tanto que retumbaban en los oídos y se incrustaban en la mente, tal como aquella voz dura, metálica, amenazadora que salía del llamado David Cubedo que, cuando hablaba en las ondas de las escasas radios que se podían oír, causaba pavor, sobre todo cuando se refería a los "enemigos de España, del progreso y la paz de España, de la tranquilidad y la religiosidad de España", y España una y grande y libre...entonces casi era de desear que nos tragase la tierra. Y éramos todavía unos niños, pero ya trabajando.
Esto era allá por los años de 1946 cuando, con mi edad escolar sin escuela, ya formaba parte de una plantilla de trabajadores.Se hablaba con miedo. Se temía que hasta las piedras delatasen al propio pensamiento. Tal era el miedo que había. Y, entre tanto, aquellas soflamas que glorificaban al caudillo de tal forma que más allá no podía haber nada más:
Esto era allá por los años de 1946 cuando, con mi edad escolar sin escuela, ya formaba parte de una plantilla de trabajadores.Se hablaba con miedo. Se temía que hasta las piedras delatasen al propio pensamiento. Tal era el miedo que había. Y, entre tanto, aquellas soflamas que glorificaban al caudillo de tal forma que más allá no podía haber nada más:
SOFLAMAS Y PONDERACIONES:TODO ERA POCO PARA TANTA GLORIA
"Su Excelencia el Generalísimo Franco, Caudillo de España, elegido por Dios para salvar la patria, protector de la Santa Madre Iglesia, vencedor de las hordas rojas comunistas enemigas del alma y de la gloriosa Hispanidad; altísimo y virtuoso paladín y Capitán General de los invictos Ejércitos de Tierra , Mar y Aire de España, ungido por la Gracia de Dios para volver a ser ejemplo del mundo; forjador de la paz y de la grandeza de España; Único a quien Dios pudo haber elegido para que España, heredera de las virtudes de Isabel y Fernando, retomara los caminos de nuevo en pos de la gran aventura de reconquistar nuestras viejas glorias; ejemplo de virtudes y templanza, de los que su Excelencia es el más digno representante de estas cualidades únicas, que solamente adornan a los buenos españoles,para quien Franco, Su excelencia, es el paradigma de las nuevas generaciones, presentes y futuras, las que siempre han de estar agradecidas a su benevolencia, altruismo y generosidad ilimitada el que haya salvado la patria de las garras de los enemigos de su grandeza, de esta España nueva que gracias a su magnanimidad vuelve a ser respetada, admirada y temida en el mundo....y que día a día ésta nos trae un nuevo amanecer de paz, trabajo y libertad..."
Aquél crío, que había comenzado a trabajar en 1945, a los 12 años, escaso pan y escasa ropa, sin idea política ni conocimiento de qué era uno u otro, me recuerda que, ante lo que tanto se decía de Franco, de tantas virtudes, excelsitudes y glorias, fíjense lo que aquel crío pedía entonces:
--Desde luego, no deseo otra cosa más que vivir algunos meses más que Franco, porque, a la vista de lo que de él dicen, es seguro que España desaparece del mapa. Se acaba todo. Cuando muera Franco, España desaparece del Mundo y yo quisiera vivir un poco más que él para ver el final de tanta gloria...
Y ya ven, hace 32 años que el más glorificado de los humanos habidos en el mudo y en todos los siglos, ha muerto y España, no sólo no se ha evaporado, sino que ha mejorado en todos los aspectos. No obstante que haya quien, más afines a Franco que nosotros, sea ahora cuando dicen que España se hunde, se descompone, se deshace, se acaba, se descuartiza y va a ser llevada de los demonios...¿O será que quieren volver al imperio hacia Dios?.
¡Ah¡ Permítanme que les diga que aquel crío que ya trabajaba en 1945, sigue trabajando todavía, pero con muchos más años que entonces y en otros menesteres.-AS
EL DESEO CUMPLIDO
(Ante tantas virtudes, no es de extrañar que haya quien le añore y pida que renazca de nuevo tanta gloria y tanta victoria; pero, permitan que les diga cuál era el deseo de un crío, hambriento, de 13 años, que ya trabajaba en una carretera, ante aquella catarata laudatoria, cuando se escuchaban estas y otras grandezas verbales, signo de aquellos años , en que tantas iniquidades iban bajo palio.)Aquél crío, que había comenzado a trabajar en 1945, a los 12 años, escaso pan y escasa ropa, sin idea política ni conocimiento de qué era uno u otro, me recuerda que, ante lo que tanto se decía de Franco, de tantas virtudes, excelsitudes y glorias, fíjense lo que aquel crío pedía entonces:
--Desde luego, no deseo otra cosa más que vivir algunos meses más que Franco, porque, a la vista de lo que de él dicen, es seguro que España desaparece del mapa. Se acaba todo. Cuando muera Franco, España desaparece del Mundo y yo quisiera vivir un poco más que él para ver el final de tanta gloria...
Y ya ven, hace 32 años que el más glorificado de los humanos habidos en el mudo y en todos los siglos, ha muerto y España, no sólo no se ha evaporado, sino que ha mejorado en todos los aspectos. No obstante que haya quien, más afines a Franco que nosotros, sea ahora cuando dicen que España se hunde, se descompone, se deshace, se acaba, se descuartiza y va a ser llevada de los demonios...¿O será que quieren volver al imperio hacia Dios?.
¡Ah¡ Permítanme que les diga que aquel crío que ya trabajaba en 1945, sigue trabajando todavía, pero con muchos más años que entonces y en otros menesteres.-AS
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