FECHA HISTÓRICA



Sábado,12 de abril.Hace 77 años y dos días, España, que vivía sumida en situaciones precarias, despertaba de cara a la mayor ilusión vivida nunca en la historia de su existencia. Amaneció sintiendo en su rostro el aire fresco de una nueva forma de existencia social, religiosa, humana y libre.Libre de ataduras y obligaciones ancestrales, como eran las que la Iglesia venían imponiendo desde, por lo menos, los Reyes Católicos.La libertad de conciencia religiosa, por fin quedaba abolida. Hace, pues, 77 años y dos días había tenido lugar el advenimiento de la II República, hecho que desper tal ilusión en España que nunca, a lo largo de su discurrir, sucedió cosa parecida.
Sin embargo, por múltiples razones, aquella España, partida en dos sentimientos: la de los privilegios y la, hasta entonces, supeditada a los privilegiados, fue una caldera hirviendo, un hormiguero de abigarrados sucesos...Una parte de aquella España no quería perder sus privilegios. De ahí que se diesen aconteceres y violencias. De ahí, asimismo, que una de aquellas dos partes de España, aprovechase la ocasión para levantarse desde los púlpitos y desde los cuarteles, manifestando que la República no había traído más que desestabilidad y violencia. De todo ello, pues, otros estamentos favorecidos por el poder, hicieron causa común con los primeros y fueron clamando contra la República.El caldo estaba gordo para aprovechados, y la pira estaba a punto de encenderse. Había demasiadas teas para encenderla.
En la España de aquel entonces, con señoritos, terratenientes, caciques, clero intocable, títulos nobiliarios, advenedizos e influyentes medios de prensa religiosa, no otra cosa podía venir ni esperarse que lo que vino: el levantamiento de los llamados militares africanistas. Renegados y traidores que, habiendo jurado lealtad a la República, abjuraron después y, hablando de España, no les importó que ocurriera lo que ocurrió y que España quedase convertida en cenizas, como tal ocurrió tras aquel llamado "glorioso alzamiento del 18 de julio de 1936".
Referir los cuarenta años de dictadura militar, no es menester.Ni referir que, pese a trabajar medio gratis y jornadas dobles, el pan estuvo racionado hasta 1952, que fue cuando fueron suprimidas las Cartillas de Racionamiento, tampoco.Más todavía, aunque tales cartillas fueran suprimidas oficialmente aquel año, no quiere decir que, a partir de entonces, el pan fuera abundante, que no lo era y, además, no había con qué comprarlo.
Más aún: por mucho que hablasen de Dios, de caridad y de perdón, ni hubo caridad ni hubo perdón y en cuanto a Dios, por mucho que a él clamasen tantas familias que morían de hambre y persecución, no aparecía por ninguna parte. O, por lo que parecía, Dios era cómplice de quienes le tenían a su servicio.
El hecho es que, a parte Dios, del que nunca vimos prueba de su existencia,hubo otra evidencia de que la España nacida del 18 de julio no tuvo conmiseración con los que fueron vencidos, nunca mostró el más mínimo deseo de hacer una España Grande y Libre de rencores y de odios, nunca buscó ni la reconciliación ni la unidad de todos los españoles, incluyendo millares de niños forzados al llanto y al éxodo. Ni buscó el retorno de tantos miles de españoles condenados al exilio. Y eso, según las leyendas que se exponían por todas partes, fue "por la gracia de Dios".
No obstante, fue una desgracia que la República fuese tan despiadadamente exterminada y perseguida. Y tras todo ello, denostada e insultada. Tanto que, actualmente, parece que citarla conlleva una maldición nacional en ello. Pues así y todo, seguiré añorando una España republicana, confiando que alguna vez se oiga a algún político citarla sin que se enciendan las alarmas. Y, mientras tanto, recordaré que dos años más tarde (menos un día) de haberse proclamado la República en España, en una lejana aldea, un día 13 de abril, me nacieron para que ahora, 75 años después, haya pergeñado esta crónica que acabo ahora mismo.
Albino SUAREZ



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