"EL FUTURO ES MUY OSCURO"

Seguramente que ustedes se darán cuenta que el título de este pos corresponde a Antonio Molina, que lo cantaba en la película "Esa voz es una mina", y es verdad. La voz era una mina, pero no es menos verdad que "el futuro es muy oscuro trabajando entre el carbón", como remataba. O sea, que de lo que se trata aquí es de reconocer que el futuro, con carbón o sin carbón es, más que oscuro, negro; sobre todo en la actualidad de España.

Sobre lo que el futuro nos depare, se encargan muy bien de ponérnoslo de uñas los rajoyanos, incluida la portavoz Soraya Sáenz de Santamaría, pobre moza a la que compadecemos porque, según ha manifestado, no ha conocido a Franco. Y no sabe lo que se ha perdido. Bueno, pues no sólo nos dicen que el futuro es muy oscuro (que ya lo dijo Molina) sino que nos pintan, además, un presente negro y nos refieren un pasado nada brillante. Y todo porque, para que se chinche Zapatero, los rajoyanos están ahí, como los troyanos, dispuesto a la conquista de lo que sea, que para eso un día sí y otro también, sueltan las negras palomas mensajeras anunciadoras de un desastre de Gobierno, que no sabe que en España hay crisis, no obstante que lo vienen diciendo desde cuatro años y medio ya.


¡Anda ya¡ Así cualquiera./
Que para el pobre, el futuro/
siempre ha sido muy oscuro,/
aquí o allá--o donde quiera./
Y en España, por bandera/
o por vaya a saber qué./
según advierte el PePé,/
aquí todo va en declive,/
cabeza abajo...(El que vive/
es Aznar, que ya se fue...)

El caso es que, mucho predicar, predicar, como los curas, pero -igual que los clérigos,-- los opositores al Gobierno no acaban de dar trigo que valga. Para desestabilizar, criticar, acusar, negar méritos ajenos y arrogarse méritos propios, vale cualquiera. Y lo que viene haciendo quien está en la oposición no es sino una campaña de ventolera permanente. En lo que se sabe nunca ha dejado clara y alta, fija y firme ninguna argumentación que contribuya a evitar esa crisis que tanto mencionan. Bueno sería -- y adquirirían gran respeto y valoración por ello--si, como reprueban tanto las acciones del Gobierno, aportaran ideas y soluciones al problema actual. Pero no lo hacen. ¿Y sabrían hacerlo, esto es, tienen alguna solución rotunda? Permítanme que lo dude. Y así todo, el combustible, sube y sube.Los árabes nos lo ponen crudo. Y carisímo.
Cuando gobernaba Aznar/
el barril estaba a treinta/
dólares, en buena venta,/
y ahora está de asustar:/
¡A casi ciento cuarenta,/
y sin visos de cesar.../


El problema de España, aunque no lo acaben de reconocer los rajoyanos, no es único.Europa está sufriendo el mismo alto precio del combustible que nuestro país. Lo sufre América, la India, China y Japón. Esto es, la crisis o receso o como quieran llamarlo, no afecta únicamente a España. Y puesto que es así, ya que no aparten soluciones quienes tanto acusan al Gobierno de no saber evitar tamaña situación, no sería mala cosa que, por lo menos, reconociesen que, en fin, este problema no es únicamente español.
Y si tal reconociesen ya sería una prueba de buena voluntad.

Y entre tanto y tanto lío/
por los tres de las Azores,
se levantaron clamores /
y tiempos de escalofrío/
que aun han de ser peores.../

si el combustible a diario/
sube tanto, que es calvario/

que hay que aceptar y admitir/
y rezar porque el emir/
no se vuelva insolidario...


Para quienes hemos nacido con el pan racionado, trabajado con pan escaso, llegado a la mocedad con mal y escaso pan ( no olviden que la Cartilla de Racionamiento no fue suprimida hasta el año 1952) no nos coge de nuevas ni esta ni otras crisis, y no nos asustan tampoco. Aunque haya que hacer todo lo posible por evitarlas, eso desde luego.
De acuerdo. Hay crisis. Habrá que abrocharse el cinturón. Pero acepten ustedes -y díganlo alto y claro--que esta crisis no es únicamente en nuestro país. Reconozcan que el precio del petróleo es la causa mayor de lo que está ocurriendo. Aquí y acullá. Y reconozcan asimismo que si el barril costaba en tiempos de Aznar 30 dólares, ahora, en tiempos de Zapatero, cuesta 135 (ahora mismo) y esa tremenda diferencia tiene que notarse por fuerza.Y convertirse en crisis.


Siendo así, digan señores/
del PePé, lo que establece/
la crisis, que aquí se mece.../
Digan la verdad, no horrores/
ni muchas cosas peores/
de lo cierto que acontece.../
Si tal hacen, habrá honores/
para ustedes, superiores/
al que menos los merece.../

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