JOSE Y CONSUELO ,MAESTROS REPUBLICANOS

Remitido desde México por vía y mano del prócer mexicano don Fredo Arias de la Canal, de origen asturiano, nos llega un libro que, leído en pocas horas, nos ha conmovido. Se trata de una historia de "Amor, guerra y exilio" (desde la memoria de la autora, Áurea Matilde Fernández) cuyo título es "JOSE Y CONSUELO", los cuales, además de ser padres de la autora, fueron los dos maestros republicanos,plenamente comprometidos con la enseñanza y, por lo mismo, tanto en Villavaler, cerca de Pravia, como en Besullo,en Cangas del Narcea, vieron y sufrieron las inquinas de la Iglesia con curas retrógrados, que no aceptaban que los escolares pudieran recibir otra enseñanza más que la que viniera de ellos, de los clérigos, que por ser quien eran, veían---como ahora mismo ven, tantos años después---que España tenía y tiene que ser lo que ellos digan y no lo que la República determine. Nunca nadie, sin más derecho que su fuerza,ha mantenido en un país la actitud que aquí mantienen la Iglesia. Sólo vale lo que ella enseña; lo de los demás, nada. Y así vino lo que vino y, tras lo que ocurrió después de la guerra, lo que tantos años duró y, 30 después de constituirse la democracia, todavía quieren que dure y siga. Por eso la iglesia aquí se solivianta con cualquiera de la idea que exponga el Gobierno.

"JOSE Y CONSUELO" es un libro escrito sin retóricas ni prosopopeyas, desde el sentimiento y la clarividencia; mostrando una vida de plena dedicación a la enseñanza, libre de ataduras clericales y atrasos seculares; libro lleno de ejemplos dignos de loa, y acciones de rencorosos cargos en la Enseñanza, propios de quienes, careciendo de valores y méritos, solo quieren auparse sobre los demás a base de lo que sea, como acontecía con un tal M. Álvarez, que, tras el inicio del llamado Levantamiento del 18 de Julio, le faltó tiempo para denunciar a los maestros José Fernández y Consuelo Muñíz, matrimonio, pero sobre todo a él, al que perseguía y delataba, incluso sin argumentos.
Por cierto, no hay que decir quién estaba al lado de la República en función a la enseñanza y quien estaba al lado de la enseñanza que propugnaba el clero.

Acerca de este libro, emotivo y entrañable,se puede decir mucho, y si no mucho, sí algo más hemos de decir. Y preguntar a esos que ahora, pese a la existencia de luz total para ver las cosas pero que siguen viendo sombras y fantasmas, ¿por qué el nuevo sistema que llegaba, la España nueva que amanecía, la nacionalcatólica, la que bendecía la Iglesia, tiene el triste don de haber eliminados a miles de maestros republicanos, simplemente por ser maestros...?

Y, tras ello, la persecución, después de la guerra, de miles y miles de españoles...? ¿Caridad cristiana?. Mejor hubiera sido reconciliación. La grandeza de la España que se llenó de fosas comunes no hubo de estar en la necedad de lo que se hacía, ni en no buscar ni extender el perdón a los vencidos, niños incluidos, aventados al drama y a la tragedia, no, no ha de estar en los cantos gregorianos ni en las aleluyas ni en las manifestaciones espontáneas que se formaban aclamando a quien tanto mal había hecho; no la grandeza de España estaba en el exilio; en la propia tragedia de su drama.
Y libros como el referido, que únicamente cuenta, con mesura, el infortunio de una familia, compuesta de un matrimonio (republicanos, eso sí) y cuatro hijos-, el padre detenido a los cuatro días del levantamiento y tras otros cuatro días más, desaparecido, pero aparecer muerto , con muchos otros más en la Concha de Artedo,la esposa, maestra también,enfrentándose a todo para buscar en el exilio cubano la salvación que no encontraba en España. y allí, la pronta muerte que le llega por tuberculosis . Digo que este libro es un capitulo emotivo y trágico de una familia más que sufrió las consecuencia devenidas de la nueva España que venía.


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