Opinión, Concepto...

Al margen de lo que, a nivel personal, pueda uno pensar sobre la justicia española, cabe hacerse una pregunta al respecto de por qué, en nuestro país es, de todas las instituciones, la Justicia la peor valorada en toda opinión pública, encuesta colectiva o valoración estimada.
Uno no inventa lo que ocurre, pero se pregunta por qué es, precisamente, la Justicia la peor estimada, en la que menos se cree y la que más desencanta... Un día un alcalde andaluz manifestó que "la Justicia era un cachondeo" --cosa que pública o privadamente piensa y dice la mayoría de los españoles--y, para que aprendiera y anduviese con pies de plomo para otra vez, la Justicia, que la representan los hombres, le cayó encima, con todo el peso de la Ley--su peso, que ignoramos si es de oro o de plomo, y pagó las consecuencias.Alguien de ese intocable Cuerpo Judicial habrá dicho que tal aserto no se podía consentir, que ello significaría aceptar de facto, en efecto, que la Justicia era un cachondeo y eso si que no. Y ahí, como ejemplo para el resto de los españoles, la Justicia fue pronta y rápida, y el alcalde supo que de cachondeo nada.
La Justicia es sagrada.
Pero,¿ por qué se duerme, en algunos casos, hasta que prescriben los mismos? Por ejemplo, por qué dejó que pasasen quince años en el caso de una acción que entró en demanda por una venta efectuada por un importe de 100 pesetas (0,60 céntimos de euro) por el Ayuntamiento de Madrid de una Funeraria, que el parecer, en precio honesto, eran muchos millones de pesetas? Eso sin decir que hubo estimación de prevaricación y favorecimiento a terceros.
Dios nos libre de pensar mal de la Justicia, de la cual tenemos todavía recuerdos de su efectividad, rigor, infalibilidad, imperturbabilidad, ecuanimidad, servicio a la verdad, cumplimiento del deber, creencia en Dios y en la Patria, todo ello como ha de constar en los archivos de la historia, cuando determinaba, por ser lo que era, lo que había de pagar cualquier español que no fuera digno de la España aquella, cuando Franco fue lo que fue "por la Gracia de Dios", Y, recordando su recto proceder de entonces es de pensar que, cumpliendo en aras al servio de la verdad, la Justicia sigue siendo tan recta como siempre.
Y no entendemos cómo, en las encuestas públicas, la Justicia es la peor valorada de todas nuestras instituciones . Incluso peor que la Iglesia.
--Oiga, ¿por qué no deja que hablen jueces y fiscales, que ellos sí han de saber el por qué de ese descrédito que sufren, si es que lo sufren, claro?
A mí que me registren.En ese campo de leyes, no entro. Solamente manifiesto lo que, generalmente, se piensa, se publica --cuando se hacen esas valoraciones -- y opina la ciudadanía de España. Ella, que a lo mejor no sabe ser justa, es la que enjuicia a la Justicia, valorándola y situándola en el baremo estimativo en los últimos lugares
.
Y así, mientras tanto, pueden seguir viéndose fallos judiciales en que, cuando un un individuo pegó un puñetazo a otro, le cae el pelo por lo que hizo y cuando --es sólo un mero ejemplo sin valor estimativo que valga--un menor que violó, robó y causó la muerte a una chica, al dejar de ser menor, parece que queda libre, porque, según hemos leído, su edad adulta no tiene nada que ver con la que tenía cuando cometió sus delitos...
Dios nos coja confesados, como diría Esteban Greciet, periodista asturiano, al que no sé porqué hemos referido para final de nuestro blog de hoy.

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