LA CUESTION ES HACER OPOSICIÓN

Quienes a menudo recurren a la actual Constitución --que de sobra se sabe quiénes son--, suelen argumentar que los padres de la misma, --de diversos credos, unos y otros--aceptaron lo de borrón y cuenta nueva. Mirar al futuro y no al pasado, lo cual vino a ser más o menos así, pero por necesidad de tener la fiesta en paz; esto es, quienes habían soportado 40 años de dictadura, tal vez entendieron que más valía una Constitución raquítica que no tener nada. Y a eso se agarran ahora los que, amparados en esa Carta Magna, se oponen a que, los que durante 40 años estuvieron silenciados, recobren la voz y la presencia en la memoria histórica de España.

Pedir, como el refrán dice y Blas de Otero exigió, "la voz y la palabra", es decir, los forzados al silencio ayer a tener el mismo derecho hoy que el que tuvieron durante cuatro décadas los afectos al pasado régimen, no otra cosa que oposición vienen encontrando. El argumento es pueril a más no poder por parte de los que se oponen a recuperar la memoria histórica. Que si se pretende volver a las andadas, que si es volver a abrir las heridas, que en todas partes hubo crímenes o, como fraga ha manifestado, "barrabasadas"...La cuestión está en oponerse a que los abatidos injustamente en cunetas y pozos, pueden ser recuperados y ser, por lo menos, honrados y mencionados como otros lo vienen siendo desde hace más de 70 años, para los que todo es luz, por ser los vencedores en la contienda nacional, mientras que para las víctimas de los que perdieron la guerra, además de sombras, sigue existiendo una cerril actitud por parte de los buenos, a que no se recuperen sus restos, perdidos muchas veces en fosas comunes desconocidas. Que sigan así, seguramente dirán.

Solivianta que se diga --como cínicamente dicen-- que la República cometió más crímenes que la dictadura franquista. ¿Acaso perdieron la noción del tiempo y quién, además, instituyó la persecución y el acoso y, por ende, el exterminio de los contrarios? ¿Hay que decir que quién así quería una España imperial fueron los del nuevo amanecer, esto es, los eufóricos exterminadores de familias enteras y de todos los maestros republicanos, creyendo que así sería posible levantar a España; hay que nombrarlos más todavía...?

Y, tras aquellos años, de tanta gloria y victoria, y de los años llegados, después de aquel 1975, o más concretamente de 1977, cuando se establece la actual Constitución, no es preciso decir cómo España logró situarse al nivel de muchos países europeos --que tanto "odio" nos tenían según el franquismo decía--ni cómo los españoles pudimos ver que, a pesar de la no completa Constitución, éramos capaces de caminar a la par que otros países. Pero "dura poco la alegría en casa del pobre", según otro aserto popular.

Y así, primero Aznar, con su cantilena de"Váyase, señor González" y, ahora Rajoy , con la que parece va a ser su leyenda más frecuente de "El problema es usted, señor Zapatero", no nos veremos libres de una oposición desequilibrada, que, a falta de aportar soluciones, sabe que lo que mejor puede hacer es oponerse a todo, sea lo que sea. Que así quedarán entre los suyos como los ángeles.

Las letanías que se oyen de "sus señorías pepistas" son tal cual otro aserto existe: "parece que les hizo la boca un fraile". Ellos lo son todo, los demás nada; tienen todas las llaves de la ciencia del bien y del mal; los demás no saben por donde entran ni por donde salen; ellos--los del PP, por supuesto, según se observa en el Congreso de los Diputados-- saben lo que los demás ignoran; son señores de la verdad, los demás de la mentira; ellos los de la eficacia, los demás los de la nulidad total; ellos los benditos de la Iglesia, los demás los condenados; ellos los que tienen el remedio para salir de la crisis...los demás son la crisis misma. Por eso quieren acabar con la crisis acabando con todo el Gobierno de Rodríguez Zapatero...Y con todo lo que hace y todo lo que representa. Mañana dirán que España no merece el Gobierno que tiene, plagiando a quien eso dijo de ellos, cuando mintiendo, decían que no mentían...
O sea, que ellos, procediendo de donde proceden, son la España verdadera: los demás, ni mucho menos. Son el problema de España. Pues, ni así ni con esas, serán la España absoluta ni la España de todos.


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