¿TIENEN RAZON LAS DAMAS...DEL PP?

Elevadas a cierta altura de responsabilidad política, sin duda por determinadas cualidades dentro del partido a que pertenecen, es muy frecuente escuchar a dos damas --no me atrevo a llamarlas señoritas ni, tampoco señoras-- encumbradas del PP, María Dolores de Cospedal, secretaria generl y Soraya Sáenz de Santa María, portavoz de dicho partido, lo desastre que es Zapatero, como presidente del Gobierno de España, para solventar la crisis y sacar a España del bache en que se encuentra precisamente por la propia nulidad de quien gobierna en España.

No se quedan cortas para acusarle de ser incapaz de administrar las economía patria.Y, naturalmente, tal incapacidad se inherente al ministro de Economía señor Solves.Personalmente creo que la actitud de ambas damas es una letanía que aprendieron gratuitamente y de la que no saben salir. O no quieren salir, porque mantenerla les hace sentirse fuertes y, como tanto se dice, coherentes con la doctrina de su partido.

Lo cierto es que lo último leído, de ambas por supuesto,
en sus manifestaciones refieren de economía doméstica, de la cesta de la compra--argumento un tiempo del fundador del PP, Fraga Iribarne, así como de otros argumentos alusivos al caso de los trabajadores o similares, a la deuda de las hipotecas, y, por supuesto, la falta de trabajo para los jóvenes. Incluso --y se supone que no se han ruborizado por ello--del precio de los combustibles, cuyo resultado, siendo de carácter global, como no podía ser de otra manera, el responsable de todo es Zapatero.

Me he sorprendido al leer cómo refieren de economía familiar.
De modo que, uno que vivió los gloriosos tiempos de la España una, grande y libre y que supo de qué modo se tenían que arreglar las amas de casa, no sólo aquellos años, sino muchos otros posteriores, no puede por menos de advertir cómo se arreglarían ambas damas si tuvieran que comprar un litro de aceite--ya digo, partiendo de aquellos años--cuando costaba 100 pesetas y en la casa, como sí ocurría, no entraban esas cien pesetas al mes, que así estaban aquellos tiempos.

Recuerdo de qué modo aquellas señoras,
amas de casa pobre, tenían que arreglarse para poder --que no siempre se podía, pues milagros no había ningún dios que los hiciera-- dar de comer a los hijos, o conseguir preparar un bocadillo para que el marido pudiese llevar algo que echarse al estómago después de largas caminatas y más largas jornadas en los tajos mineros. Recordamos cómo, al oscurecer, aquellas amas de casa --que sí sabía de trabajo y de economía--tenían que lavar los remendados pantalones de los hijos por la noche para que, al otro día pudieran ponerlos limpios y repasados.
De aquellos años se podría hablar mucho y podría servir de espejo a quien, más admiradoras y admiradores que uno de quien impuso tantas calamidades tanto tiempo, ahora vienen hablando de economía y de malas situaciones familiares. Podría hablar de eso y seguramente que no iba a ser creído. Porque fue, mientras tanto se blasonaba con aquel !Arriba España! que la Iglesia bendecía, un tiempo que hoy ni los más optimistas se imaginan.

Leyendo, pues, las declaraciones de ambas damas del PP, me pregunto si tendrán razón para sostener tan reiterativamente eso de que España está mal por culpa de los socialistas. Porque, puestos a citar, cabría decir que fue un gobierno socialista, el de Felipe González, quien estableció pensiones para quienes si habían trabajado todo su vida, pero no tenían derecho ni a pensión ni a Seguridad Social. Y si cabe otra referencia, ni la Guardia Civil tenía tal Seguridad Social ni, por supuesto estuvo mejor retribuida durante la Dictadura, a la que tanto sirvió, que lo estuvo con el primer gobierno socialista.

Tal vez tengan argumentos que esgrimir ambas damas - que referimos aquí--, pero no nos iban a convencer ni siquiera diciendo que estos tiempos son otros, sobre todo porque de aquellos tiempos y de estos nosotros somos todavía un eslabón de la cadena que conocimos uno y conocemos otro.

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